lunes, 17 de marzo de 2008

Los meses con minúscula: abril

Abril,
otoño en Buenos Aires.

Nubes vinieron marchando en cruel asedio,
abdicó el estío.
Huyó rodeado de golondrinas y abejas
a otras latitudes.
Nadie viene a visitar al monarca taciturno
al fondo de su palacio frío...

La tierra se inclina
como montura que despide al jinete,
y la fuerza de ese Sol
se muda al otro hemisferio.

Apagado, en su trono distante,
debe sobrevivir a la muerte,
como la palabra escrita,
como tantas otras cosas.

Alguien muy alto y muy paciente
le traerá de nuevo guiándole de su mano ciega.
Volverá para reinar en primavera
atado a su melancolía.

¡Debes sobrevivir ahora
esperanza nuestra!,
guarda tu verde tras la corteza,
sino:
¿qué sería de nosotros?

Adiós abril,
también nombre de mujer.
Aunque te ofrezca mi sufrimiento,
un surco en mi corazón.
No has de quedarte ni germinar,
que no es tiempo.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo 2008)

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