lunes, 20 de agosto de 2012

Diga que perdí la cabeza

Héroe y cobarde,
no me amotino a mi suerte.
Apenas afirmo levemente algunas cosas,
como el Sol de verano en Oslo.

Apenas cumplo con lo lejano,
me reclino ante obligaciones
y cuando debiera volver a mis cosas
me pierdo sin más en la neblina.
Como un barco cuyo capitán ha decidido
que su carga no tiene prisa.

Con sus velas arriadas hace años puede vérselo fondeado en la recalada.
La tripulación canta ebria cada noche,
festeja mientras dure con vinagre y queso rancio.
Se saben la canción y creen tener tiempo,
solo han olvidado
que el mar es antiguo

pero la madera se pudre.


sábado, 11 de agosto de 2012

Solo mientras tanto

“Descansa Es mi cielo el que te espera ver volar” Laura Ciuffo.
   
Que solución trae que digas
que la ciudad es ya como una muela infectada.
¿Cuál?
Si sigues acá,
merodeando como los demás.
Esperando cómodamente.
(lo que hagan de nosotros)

Millones y millones
tratando de ser
lo que no podemos ser.
Inventándonos problemas
cansados de dar explicaciones
cansados de no ser comprendidos.
Poniéndole el codo en la cara al de al lado.
Mintiendo que estamos horrorizados
mientras aguardamos, para bien o mal,
que los demás bajen la guardia
se den en confianza,
o guiñen un ojo.

Celebro a los que son suficientemente valientes
como para permitirse la inocencia.
A los que no se encolumnan ni se oponen.
A los que siguen diciendo: si
por favor,
gracias
con la voz quebrada.
A los que vuelan como en sueños
a las terrazas de lo compartido.

Vos también,
que estás medio acá sin querer,
medio allá sin estar
despega.
Rompe el envoltorio.
Despega de tu forma ser si estrenar.
De las explicaciones mil
de la idea
de que somos otro artículo
que debemos vender.

Vuela.
Porque cuando vuelas no se nota la renguera
(siempre del mismo lado la renguera)

Vuela,
desde tu sueño a las cosas.
Ven a este entremundo
donde el reloj
no es más que un elemento de medición
(un accesorio)
Vuela.
Olvida la paciencia por la muerte
Olvida las razones.
Se.
Se de verdad.
No hay razón para que estemos acá
Vos leyendo
yo escribiendo
No hay razón.
No la hay
ni la habrá
ni la tiene porque haber.
En esta era insensata de antojo por la eternidad
y de eufemismos
y de urgencias de cotillón.

Se,
entre todo eso.
Rebélate y revélate.
Arriesga, goza, sufre
y vuelve a arriesgar.
Vuela.

Amén.

sábado, 4 de agosto de 2012

¿De dónde saldrá la luz?


No te dejes arrastrar por las urgencias
no hay un único premio
ni una meta
ni algo “que hacer”

Perspectivas en que nos hundimos
acaso sea tiempo de mirar dentro
pensar que no somos tan distintos

Estas ahí.
Mírales.
No quieren tener razón
No anotan números
Nadie está intentando sobresalir
¿Acaso no te das cuenta?
Incate,
agáchate
o siéntate.
Ponte al nivel de los demás.
Deja que se apoyen en tu hombro
como vos te habrás apoyado tantas veces
Cambia tu perspectiva,
baja la voz
Siéntete humano,
digno,
frágil,
volátil,
creativo
gentil,
indócil.
Pasajero.
Capaz de reír y hacer reír

o llorar...


 El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, julio de 2012)