sábado, 28 de febrero de 2009

Ría,
el mar que amaga entrar pero se queda,
oleaje leve,
paredón,
viento que a veces cuenta cosas,
otras veces alienta de a poco olvidos
mano que hace las veces de visera
horizonte que trae tormenta
arena y piedra,
no podrás distinguir las huellas aquellas
de las huellas nuevas
un ave pasa volando al ras del mar jugando a hacer espuma.
Viento del este,
voluntad que empuja las olas
que pregunta la mía...
pregunté por su nombre.
la inmensidad no quiso contestarme.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero de 2009)

miércoles, 25 de febrero de 2009

de vicuña fina el lado que vos te toca
Sonrisa cálida como poncho
de mil colores pintarrajeada,

sitio donde esperar
vientre dulce
vientre de espera
estar con vos piel con piel
como el viento todo el tiempo donde es alto.

Guardo entre las piedras del pecho
rescoldo que todavía puede encender un fuego si te acercas.
Espero que te llegue mi alegría
canción sin notas todavía, aquí me quedo.

Pensando en vos la escribí,
es sencilla de aprender, difícil de olvidarla
como a tu sonrisa.
No sé decirte nada más.

Rumbeando a donde voy, en carnavales se va la tarde.
Las flores de los balcones y el viento bailan en rueda.
Bombo ya, de Luna Nueva, el cielo de aquel lado;
cuero a estrenar,
sin una mancha entero de blanco.
Las pocas nubes serpentinas,
una algarabía de pájaros avanza entre canciones
desde el final de la calle.

Miro el azul entre muros encajonado,
las nubes al poniente,
son bandera superpuestas
que el viento le ayuda a agitarlas.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero 2009)

sábado, 21 de febrero de 2009

Aguardando en vano

cesto incendiado
apagón de estrellas
tubo fluorescente parpadea suficiente para que lo veas
mosaico duro,
colilla pisada mil veces
pared pintada
"tu pesadilla es nuestro sueño",
la recuerdo bien,
ya casi no se lee.

Todo en su lugar
todo donde no debe estar,
depende para quien
Tonta coreografía donde todo siempre
va un poco más allá de lo permitido.
y entre todo esto,
alguien aún espera que le den su parte
su papel,
en este mal, mal reparto.
Esta tumbado,
serenísimo, entregado
seco de sangrar
ni siquiera entretenido
del lado que no pasa el tren
sabe que el suelo no puede prometerle nada.
Hay otro y otro, y otro al lado de él,
otro y otra y otro más, al lado mío
viendo disfrazado de realidad esto estático que sucede.

El Poeta del Asfalto, (Buenos Aires, febrero 2009)

viernes, 20 de febrero de 2009

Escalas intermedias

Remolque obligatorio,
la tarde gira como un barco enorme
que vive escribiendo postales.
Un carguero llega a puerto sin anunciar.
Le adaptaron la cubierta para llevar algunos contenedores
pero se lo nota de la vieja guardia,
de paciencia, brújula y bodega.
Se aproxima,
no hubo tormentas de amor,
huele a lejano
quisiera que le quiten de la espalda la sal
pero intuye que aún no es tiempo.
Va obediente hacia la dársena con los ojos cerrados.
Sabe no vuelve a casa,
la soga de amarre es como un brazo más
que le tiende un muerte lenta
a su oxidado fantasma.
No sabe a ciencia cierta en donde está,
pero piensa que encontrará otra vez
un camino para salir a la inclemencia
de otro siglo esperando nacer.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero 2009)

sábado, 14 de febrero de 2009

¿Tenés un sueño, o es el sueño quien te sujeta?

no vive, ni consiste.
La veo colgar:
una bandera triste
de tanto el viento no querer jugar con ella.
Tal vez no le perdona su orgullo,
De tanto estar ahí fue perdiendo colores,
se fue asomando al horror por no animarse a ser buena.
Se fue olvidando la ternura.
Cada vez más
cada día
de golpear, de no perdonar
ni oír.
Mucho menos escuchar
o permitir algo insignificante como continuar con vida
ni bajar nunca primero la mirada
ni aceptar derrotas,
ni asumir pasajeros triunfos con humildad

Yo opino que ha destruido sin orden,
que ha construido a desgano,
es justo que allí se quede dormida en su milagro de estopa.
Ella es libre de haber amado tanto,
libre de haber odiado
yo no encuentro algo que la justifique.
Ni su supuesta pureza ni sus oscuras persecuciones,
ni a sus hermanas, ni a ella.
No les perdono bajo circunstancia alguna el haber encabezado sus batallas.
Simplemente que se queden allí,
lo más olvidadas posible,
acumulando hollín y espanto.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero de 2009)

lunes, 9 de febrero de 2009

Tal vez nos enteramos mal

Un viento dobla en seco,
en la calle del fracaso.
Dobla y redobla.
y tal vez...
y tal vez venga por mí, y por otros tan ingenuos como yo,
y no me quejo,
en este casi, casi tango en cuatro tiempos y sin baile

Hay sombras,
si,
hay sombras.
No sabía que fuera tan alto, o tal vez,
haya alguien más, acompañando, o riendo,
en esta mala, mala noche.

Noche sin vuelta atrás,
lucero
pupila se duerme tras las nubes,
espera que exhaspera
esquina malhabida,
penúltima de las sin ochava.
No se ve ni lo que va, ni lo que viene.

tiempo del medio,
tiempo de poner contra la pared la espalda y esperar,
no demasiado tiempo,
no tiempo de armarse mejor,
ni de barajar y dar de nuevo.
Tiempo apenas
de que reabra el lucero su párpado de nube,
de que un perro que hurga bolsas se pare a mirar
avisándote sin querer que a la vuelta de la esquina alguien se viene.
Que cierres el puño y aprietes bien los dientes,
o huyas a esconderte.

Con la sorpresa de tu lado te sientes fuerte,
pero las nubes se descorren y está detrás tuyo la Luna.
Tu sombra proyectada sobre la esquina
pone a quien sea que venga del otro lado parejo sobre aviso.

El perro ya corrió,
una mitad adentro tuyo le dice que también corra
a otra mitad que ya se cansó de esperar que todo vaya a peor.

¿Para qué?
¿Por qué no puedo encontrarte?
Tal vez nos enteramos mal,
nada personal,
pero nadie va a retroceder,
ni puede avanzar así
estancado acá.

Cuatro de la madrugada, tic, toc.
La calle huele
a eso de que están hechas las desgracias.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires enero 2009)

viernes, 6 de febrero de 2009

Algo es algo


Tres
a la vera de un camino

juntadores de letras

acomodadores de palabras

silenciando gritos
gritando silencios

con la ilusiòn a cuestas

de pensar
que asì

tal vez

arreglaremos el mundo.

tal vez, tal vez

vuela al fin,
cruza rectas.
Sin intentos la pena no tiene razón
como el remordimiento
tampoco piedad.

Entonces
vuela al fin.
Caerás lo mismo
de todos los cielos
inventados o ajenos
sin volver.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero 2009)

miércoles, 4 de febrero de 2009

Parias

Hay un mundo que no sabemos donde queda.
Hay un mundo girando en alguna parte.
Nadie nos apunto la dirección,
nadie nos dió indicaciones más que para perdernos.
Sin embargo vamos como enamorados sin cuerpo,
sin tierra bajo los pies
sin nada que sujete o de calma.

Para hablarnos del cielo,
bueno sería que primero nos dejaran verlo.

Sobre nuestras cabezas vacío,
y un lugar lleno de normas que no entiendo.
Sobre nuestras cabeza una espada pesada
y un brazo cansado de aguantar el peso,
una sin razón con ganas de acabar ya con esto.

Quiero que pienses en las dificultades,
en la imposibilidad de no encontrar cada día
nuevas y más dificultades de nuevo y nuevo.
En la incertidumbre de sentirte ya sin peso,
y que el mundo decida subir el ritmo de un momento a otro,
y no tengas más que salir volando despedido con la piel que te queda
Volando sin indemnizar ni despedida,
hacia la nada.

Sin embargo algo queda,
ocho vidas y contando,
sin embargo vamos
Andando,
soñando que vamos
sin tierra bajo los pies,
sin nada que sujete o de calma.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, diciembre 2008)