viernes, 26 de febrero de 2010

¿De cuál modo podría?

Bonito andar,
Roba miradas,
Se va, se va
Y otro viene
hasta convertirse en olas

Limosna para el infeliz,
he vuelto al folklore por vos,
¿lo sabías?

Tengo hambre,
tengo sed,
ya no quiero negativas.

¿De cual modo podría hallarte dispuesta?
muero ya
ya me ausento.

Me conformaba con estar bajo tu sombra,
muy lejos de aquí,
hoy no voy, parto mañana,
aquí el hambre reina,
la fuerzas desfallecen.
Adiós,
adiós,
voy subiendo a las cumbres.
Un extremo de mi ser rompiste,
el que me ataba a este valle de lágrimas.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero de 2010)

martes, 23 de febrero de 2010

Agua Rica

Sin respuesta.
Allá arriba, mareados acaso de tan altos sentirse,
no creen pertinentes las preguntas.

Enseñale a tu hijo a sentarse y aprender a morir,
esa es la consigna.
Tuyo es tu dolor,
lo demás nos pertenece.

Entusiasmada violencia,
otra vez las botas sobre la sangre derramada
y dos veces no son una vez,
lo sabemos.
Sabemos de gobiernos comprados
de mentiras,
de intereses;
de que vendrán a quitarle al más indefenso lo poco que aún le quede
y no marcarán su tumba para que nadie se entere.
Para que nadie sepa que la única libertad necesaria para esta democracia
tal parece es la de empresa.

Ojos de águila,
piel cubierta de oro,
garras de puma.
Puedes pedirles explicación,
pero de tan altos sentirse allá arriba,
no responden a las preguntas.

Enseñale a tu hijo a sentarse y aprender a morir
esa es la consigna.
Tuyo es tu dolor,
lo demás nos pertenece.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero de 2010)
Dedicado a la gente de Andalgalá y a su lucha contra la minería a cielo abierto de la empresa Yamana respaldada por la acostumbrada casta corrupta y asesina que puebla estos lares.

sábado, 20 de febrero de 2010

Ir ahí

Cielo,
cielito.
No termina nunca,
ni de ser azul

Por el corredor imaginario que te arman entre las construcciones los rieles
yo te sigo
allá sobre mi viejo barrio.

Tormenta que pide entrar,
pasa un tren
aves que migran,
tremendo viaje

Una rueda de fierro les devuelve su silbo de tristeza.
Playa de maniobras,
cerca acaso el tiempo de detenerse.

Nubes,
estación,
bandada,
se queda ahí,
no pueden volverse al norte.
Les grito y no oyen
sin embargo algo les dijo que vinieran aquí.

Esto que parece una especie de película,
es una foto en que sin apuro va lloviendo.
Una que saque una vez con la mente
mientras iba creciendo en silencio.

Cielo,
cielito de arriba de mi barrio
el tiempo ebrio y loco ha perdido el destino de uno,
con desdén lo retejemos.

Barrilete de sueños mientras no se corte el hilo
el tiempo esta después y antes
de esto que me niego a saber como se llama.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero de 2010)

miércoles, 17 de febrero de 2010

Que despierte

Baila soltero,
aplaude y sonríe
que el tiempo de afligirse ha de llegar,
el tiempo de ya no poder
cuando lo que hicimos sea medido y pesado
por nuestra conciencia.

¿Cuál tu argumento?
¿Qué contestarás?

Mundo,
multitudes que marchan viajando sin saber a donde;
vida de lucha constante
acaso para todos pareja,
o no.

Has presente tus anhelos,
busca, soltero
vence el miedo
ven a la noche,
donde otras y otros
buscan y luchan.

Sino siempre pensando en la ausencia,
siempre después,
siempre tarde,
postergado, inerte,
petrificado,

Cartel de vacante dentro,
sin arrancar,
aflora,
te atormenta.
Si has andado caminos,
entonces besa los campos salvajes,
las selvas,
prueba,
sino
¿por qué los labios?

Cosas que quedan o pasan,
al que por cobarde es infeliz miran todos con asco
ninguno es pariente suyo.
Lo sabes,
lo has sentido,
aunque no se haga palabras.

Imagina que esta quemándose este mundo,
esta ardiendo,
justo bajo tus pies
aquí,
en esta superficie
en que todo vamos
amontonando cansancio.

Tierra gastada,
tiempo irremediable,
felicidad y desengaño

Contrabajo marca el tiempo,
el corazón vacío repite el eco.
Domingo un poquito más domingo,,
tango un poco más tango
Sonrisas de cotillón,
tendón cansado

Suéltate,
que el tiempo de afligirse ha de llegar
el tiempo de ya no poder.
Vence el miedo,
ven,
donde otras y otros
luchan y buscan.
Cada tropiezo es un pedazo de la vida.

Préstamo exigible,
en vano el óleo,
cada uno da su opinión,
pero la verdad es que todos, malos o buenos,
vamos al olvido.
No puedo más decirte yo,
que soy buey y arador

Aunque la paciencia desecha,
aunque no quieras
ven a la noche,
aplaude y sonríe,
baila,

soltero.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero de 2010)

domingo, 14 de febrero de 2010

Rutas erradas

Frío y lejos del mar,
como una tundra.
Silencioso,
como lugar al que nunca van los pájaros.

Camino no hay,
ni necesidad de hacerlo.
pocos se animan a este viaje;
Pocos se animan a decirte
que amordazaron al pibe que llevan dentro.
Que acaban de firmar un contrato
que los opone a su esperanza
y se han sentado a esperar sin más
que mañana sea otro día.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero de 2010)

jueves, 11 de febrero de 2010

Halo de incertidumbre

Poner en quien y cuando la confianza
Presencia inútil
Para que estás acá
Para comparecer, parece,
o por costumbre

Olvidé que significa la anotación que hice al margen del cuaderno,
Seguramente
Algo que no debía olvidar.

La avenida sigue al Sol,
el parque sigue recostado a la sombra
como alguien que descansa de un viaje.
El viento le pide al invierno manos
para golpear las puertas por el mismo
para que alguien abra
ya de una vez por todas
antes de la última vez.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero de 2010)

lunes, 8 de febrero de 2010

Devónico

allí están,
tal vez caídos del cosmos
tal vez los sembró allí una inmensa, generosa, mano
de las aguas a la costa
invertebrados
seres simples
el planeta se ha enfriado lo suficiente
para ese pequeño gran paso.
Todo parece solitario,
previsible,
silencioso.
todo inmóvil,
salvo ellos que están allí incógnitos,
indescifrables.

Nadie entiende el mecanismo,
nadie, aun ellos.
Pero algo parece convocarlos,
se van dando cita,
emergiendo con torpeza
unos persistirán,
otros desparecen.

Hay un diseño tal vez aparente,
una trama que se va urdiendo,
pero todo prematuro,
este es el panorama temprano
de un amanecer muy nublado y tormentoso.

Pequeños seres simples
bajo un entorno ajeno a las vivientes vicisitudes.
La atmósfera aún huele a azufre
y aquí nadie ha dicho aún la última palabra,
ni la primera.
Faltan mil quinientos millones de años
para las promesas,
el amor
o la guerra.

viernes, 5 de febrero de 2010

el del sueño

recuerdo y sueño,
horizonte indivisible.
El camino de paraísos,
la vieja casa de mi tío
las herramientas que no alcanzó a guardar
antes de irse a su mundo de domingos

un rollo de alambre dulce,
tijeras,
azada,
más allá una pala,
concavidad abierta a la lluvia
mirando descarada al cielo.

Herrumbre,
urdiembre de emboscada.
Herida fiel la de su espalda contra el suelo
esa mancha anaranjada que su contorno dibujara
se me trepa por los dedos al tomarla.

Enseñanza
la de ver oxidadas a estas cosas.
La de ásperamente acariciarles la pobreza.


No estés.
No te quedes también vos
a disposición del tiempo.


El Poeta del Asfalto (Exaltación de la Cruz, marzo de 2009)

martes, 2 de febrero de 2010

Aunque tenue la señal

No creo saberte hablar correctamente,
pero estoy sin excepción peleando con la regla.
Mientras un montón de voces en donde debiera estar la tuya
me dice: ¿no ves que no podés?

Pero no,
si no hay puente,
hay que encontrar la forma de inventarlo
quebrar silencio del lugar
aunque no quede más que decirse.

Perdoname si me como las eses,
perdoname si no pedí permiso para agitar tus fantasmas,
¿no ves que no hay nada atrás?
¿No ves que el ayer que decís tan duro
mañana será el hoy dejado estar?

Hola,
dejame utilizar una palabra simple
para quebrar el vidrio que separa.
Aunque lo creas inconveniente,
aunque no creo saber correctamente hablarle
a nuestra sordera
pero estoy sin excepción

peleando con la regla.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, noviembre de 2009)