domingo, 31 de agosto de 2014

En algún ramal al olvido

Cuatro costados iguales,
alambre por allá
pampa y pampa y pampa.
Llanura simple y llana,
sin embargo,
el paisaje aturde la mirada.

Estos son los momentos de soledad en que dudo
¿qué hicimos para proteger lo último?
Nosotros,
que nos sentíamos combativos.

Señalero torcido por el viento
cartelera de destinos cancelados
boleterías con barbas de telarañas
Las nubes se ríen entre las tejas vacantes si mirás para arriba
no falta mucho para que las paredes se partan solas,
me digo.

Otoño de las ganas,
Lo que se renueva y se renueva,
bajó los brazos de pronto.
Estación de andén vacío
pasto entre los adoquines
por suerte después de mucho esperar,
después de caminar por rumbos prefijados
después de fundir motores por carreteras equivocadas 
me di cuenta que mi mundo está en otro lugar

Pero pese a mi dura filosofía,
no pude sin embargo,
evitar enderezar el espejo del baño algo percudido e inclinado
que reflejaba el piso quien sabe desde cuando
como rendido y sin meditarlo.

Lo enderecé con el respeto y la paciencia
con el que tratarán quizá en las guerras más sangrientas
al cuerpo inerte del hasta hace instantes enemigo
que tuvo el coraje de resistir en desventaja hasta el final.

Salgo afuera,
sorbo el mate y miro largo.
Mueca de remache gastado
dos rieles torcidos por el tiempo
ensayan una sonrisa oxidada y sin testigos hasta ahora.

No acepto la invitación,
parto.
Huyo.
Me voy sin ver a los que vine a ver
antes que el fantasma de justicias postergadas
me tire un pialada
y me convierta en otra sombra que espera.

Me voy caminando por las vías
antes que estos durmientes de quebracho
que son como dioses estacados
que saben de su condena larga
despierten y me sujeten de un tobillo.
Antes que aquellos cardos perlados aún de rocío
se enteren que a mí también a veces

se me da por llorar…



Esqueleto de rieles
cuerpo ferrovial
roto a golpes.
Extremidades desmembradas


No te enojes
con aquel que tuvo que vender,
a sabiendas o no, su dignidad.
Con aquel que inocente
la entregó por nada.
Con quien no fue consulto,
y si lo hubiese sido,
no contaba con la habilidad para ver a contraluz lo fino de la trama.

Enójate más bien con aquel
que perverso urdió a sabiendas
estas cárceles con ventiladores que hoy
que a duras penas nos cobijan.
Estos castillos de alambre áspero
en que somos algo así como siervos descalzos
que se reclinan ante cada poderoso que se asoma,
ante cada vencimiento.

No rompas lazos con los tuyos pese a la furia.
Contesta a la sonrisa oxidada del que por no tener maldad
tiene que transitar a diario por un túnel lleno de sal
para llegar a mañana.
Al menos eso, aunque doloroso,
aunque deje marcas,
cerrará las heridas.

Habrá que empezar de nuevo.
Reduce al mínimo posible la aceptación de las mentiras de esta realidad
que nos grita día y noche
que nos resignemos.
Hazlo lo más pronto que puedas
porque hay mucho camino atrasado


y te necesitamos para seguir.


El Poeta del Asfalto, Villars; Buenos Aires, marzo de 2014

domingo, 24 de agosto de 2014

Sala de máquinas

No bajes muchacha, muchacho.
Si te sientes incomprendido, sitiado
No hace falta que bajes a lo oscuro de la existencia.
Para mirar de afuera, de las sombras.
Para espiar en silencio la escena
Y aprender cómo es que hay que ser
Para agradarle al mundo.

No bajes,
No
No tiene sentido, no hace falta.
Se vos mismo,
No copies colores
No busques convertirte en lo que agrada a los que desprecian
U odian.
No vale la pena, acabarás arrepentido,
Rodando.
Sé como eres, aunque no le veas el porque
Nada tiene sentido en verdadero

No gastes cospel
en llamar a los que te inventarán excusas.
A los que con razón o no
Ya no piensan en vos.
A los que descolgaron el tubo
A los que con sonrisa
Te clavarían un puñal por la espalda.
Nada personal, ¿eh?
Un puñal, nomás,
Como se lo clavarían a cualquiera.

No bajes, no,
a este sótano estrecho.
a esta ruidosa Sala de Máquinas
donde, los que engañados o no,
cargamos el deber de mantener girando este mundo como lo conocemos.

No bajes, no,
Aquí no tenemos palabra de aliento para darte,
Y de tenerla el ruido la taparía.
Hay poca luz,
El aire está viciado,
Esto no es para cualquiera.
Muchos que pensaron que aguantarían,
Gente ruda,
Terminaron metiendo un brazo o la cabeza en los engranajes
Olvidando que no nacieron aquí.
Olvidando que había una salida que olvidaron

Por eso,
En su memoria y para que no seas otro más,
o el próximo
gasté un tiempo en escribir estas líneas.

Sé como eres, aunque no le veas el porque
Nada tiene sentido en verdadero

Hay que buscarlo.


A la memoria de G.J.I.D.


El Poeta del  del Asfalto , Buenos Aires febrero de 2014

domingo, 17 de agosto de 2014

Postales borroneadas

Vida moderna de sangre fría,
manía, esta, de reptar
vamos con el vientre de ilusión
rozando las veredas.

Cirros y estratos,
barandas de neblina.
Por un momento el amanecer semejó
ese puente roto
al que al otro lado millones han quedado.
Esos
que hemos decidido olvidar.
Los que permanecemos en esta orilla
(o eso creemos)

Piedra de ciudad.
puñal tan civilizado
carne débil.
Siempre hay buen pretexto
cuando el tajo es ajeno.

Altar de cemento al que va trepando el Sol
nos alcanza la mañana y estamos al descubierto
Una voz me insta:
"Ey, poeta.
Lagartija.
corta tu rabo"

Sudor de fiebre
se me resbala por un momento
la esperanza que venía atesorando.
Justo a mí,
que pensé que era inmune...
El tránsito grita ahora notas que hieren los oídos
la ciudad se traga el final esperanzador
que iba a ponerle a este poema...
Solo queda:

puñal antiguo,
gris,
sin pulir,
cotidiano.
Y este otrora ciudad donde he nacido,
altar de piedra ahora,
no fundamental,
gratuito
cruel.
Y entre todo eso
un hilo tibio que se pierde junto al agua del cordón
que brota de un corazón sacrificado sin sentido
otro más…


El Poeta del Asfalto , Buenos Aires abril de 2014

domingo, 10 de agosto de 2014

Al sur de todo

Ciudad del dos por cuatro
habitaciones de dos por dos donde viven hasta seis
quilombos cada dos por tres.

Hoy anclé muy lejos,
falta de fondo el bandoneón desde el muelle.
Los vidrios de los rascacielos que miran al río
van reflejando las nubes.

La tarde gira como un barco enorme
que busca y busca entrar a un puerto en desuso.

Gira como tu corazón,
como la ciudad
en este  instante.
Paso de tango,
cemento,
tendón
y sentimientos

Bodegas llenas,
lento giro
Pesadas cargas atrasadas
Alguien estará esperando lo que piensa le corresponde,
alguien estará pensando en lo que queda,
 Alguien que no piensa ya, estará lejos de aquí.
Comprendió que aquí ya no hay lugar,
que este sitio gris no precisa de nadie ya
y ha prescindido de la delicadeza y los modos
para pasar a querer imponer
un orden absurdo.

Bandoneón arrabalero,
estela  que se va calmando en nada.
La tarde gira como un barco enorme
que busca y busca entrar al puerto

Hoy abandoné la habitual recalada.
Hoy salí al dique seco.
Reparación media vida, quizá.
Tiempo para reflexionar.

Tal vez ya necesite cepillar el casco
Sacarme la sal de la espalda
Repasar las soldaduras castigas por la locura de las olas

Para luego
salir a aguas abiertas luego, sin destino
Tocar la bocina fuerte.

Poner las calderas al rojo,
hacer vibrar las chimeneas

no quedarse quieto hasta el final.


 El Poeta del Asfalto, Buenos Aires junio de 2014

domingo, 3 de agosto de 2014

Rostro del Sur II (Seguimos de rodillas)

Minorías voraces
mayorías crueles.
Cinta blanca y amarilla,
milagro albiceleste.

El representante de dios en esta tierra
es uno de tus hijos ahora
y te insta, rostro del Sur,
debes poner la otra mejilla

Construcción moderna,
funcional,
ventana que nunca se abre.
Madrugada helada.

Intento frenar la acidez
de las ideas que me asaltan a estas horas.
con leche reconstituida
que no se corta ni hace nata.
Pariente lejana de aquella
que abandona las ubres
calentándose ahora
en una estufa sin tiraje

Algunos dicen que esta rara mezcla
es el progreso tan mentado.
Otros saben que no,
pero instigan a no hacer ruido
para no levantar la perdiz de las inversiones
bandada, que dicen, anida entre el matorral
aunque no las veamos.
Que ya están.
Vendrán
Ya están viniendo
Pero solo si nos arrodillamos un poco más.
Recostarse, señoras y señores, es menester.
Si hiciera falta
echarse boca abajo
para que no nos vean lo inconveniente
de nuestra humanidad.
Tragar esta tierra abonada, fumigada, ajena
y atorarnos las amenazantes lenguas
con que podríamos esgrimir alguna defensa
a esta invasión inconsulta
a este negocio unilateral y algo denigrante

Pájaros de mal agüero
Perdices desconfiadas,
alteradas,
arteras,
Aves de ojos extraviados y rabiosos
interesadas,
voraces,
Hábiles habladoras.
Cínicas.`
Violentas en silencio.
Aterradoras,
si,
aterradoras.
De una violencia casi humana.

Perdices Imaginarias o reales
pregonadas en discursos y estrados
Financiadas por fondos que nos prestan a interés
lo que nos robaron por adelantado.
Entes de barnizada superficie brillante
podridos en su seno.
Voceros de un pretendido poder omnímodo
que no desean ser nombrados
ni responder a la ley de la gravedad, siquiera.

No te aflijas congénere
si esto te resulta muy complejo.
No te sientas lejano
aunque vivas en desierto o cordillera.
Ya pronto llegarán allí con su aletear
tapando el Sol, si hiciera falta.

No te atribules si no entiendes ahora.
No hace falta más entrenamiento que :
pasión por esta vida,
conciencia
y amor propio.
Simplemente únete a otros débiles.
Simplemente no cedas más un ápice.
Que no hace falta entender lo que estamos viendo.
Nos están queriendo correr con la vaina de la espada
que dicen que les confiamos.
Filo gastado, áspero, ya pagado mil veces
por generaciones.

Despierta,
es siempre hoy.
Ponte en marcha, que si no hacemos algo
la situación se seguirá deteriorando
y ya aparecerá alguno desde la columna de un diario
que dirá
que ya no va más.
Que le pongamos directamente
un gatillo al final del amor,
Un bayoneta a las ideas,
y salgamos a la carga barraca
a matarnos sin darnos cuenta
por lo que ya era nuestro
mucho antes del impertinente arribo


de estas bandadas egoístas.

El Poeta del Asfalto , Buenos Aires, julio de 2013