domingo, 17 de agosto de 2014

Postales borroneadas

Vida moderna de sangre fría,
manía, esta, de reptar
vamos con el vientre de ilusión
rozando las veredas.

Cirros y estratos,
barandas de neblina.
Por un momento el amanecer semejó
ese puente roto
al que al otro lado millones han quedado.
Esos
que hemos decidido olvidar.
Los que permanecemos en esta orilla
(o eso creemos)

Piedra de ciudad.
puñal tan civilizado
carne débil.
Siempre hay buen pretexto
cuando el tajo es ajeno.

Altar de cemento al que va trepando el Sol
nos alcanza la mañana y estamos al descubierto
Una voz me insta:
"Ey, poeta.
Lagartija.
corta tu rabo"

Sudor de fiebre
se me resbala por un momento
la esperanza que venía atesorando.
Justo a mí,
que pensé que era inmune...
El tránsito grita ahora notas que hieren los oídos
la ciudad se traga el final esperanzador
que iba a ponerle a este poema...
Solo queda:

puñal antiguo,
gris,
sin pulir,
cotidiano.
Y este otrora ciudad donde he nacido,
altar de piedra ahora,
no fundamental,
gratuito
cruel.
Y entre todo eso
un hilo tibio que se pierde junto al agua del cordón
que brota de un corazón sacrificado sin sentido
otro más…


El Poeta del Asfalto , Buenos Aires abril de 2014

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