lunes, 31 de marzo de 2008

Era de hielo

Lo único que sé,
es que lo bueno no se debe callar.

Ese hielo,
con la luz quieta por detrás,
parece cristal.
No es la realidad lo que ves.
Era de hielo
intenta congelar tu dolor.
No deja ver del todo,
hay que adivinar.

Tal vez ese es tu miedo,
que es el de los demás,
mi propio miedo:
La libertad.
Parece cristal y no lo es,
con la luz por detrás.
Como ojos que miran sombras
una materia levemente azulina,
triste.
Nos quedamos quietos bajo el resplandor frío.
De tanto en tanto salimos a respirar,
como focas bajo el hielo.

Sentimientos adormecidos.
Siéntate al menos junto a la ventana
para que la parte de vos que quiere brotar
germine.
Para que te pueda ver la sombra tras la cortina.
Ese es tu color por ahora,
lo único que sé, o adivino,
en esta invernal cautela es que:
no te deberías callar...

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo 2008)

domingo, 30 de marzo de 2008

Efecto dominò

.
Reproches

siempre los hay
llegan como gotas
o cataratas
de tu boca.

Tu boca

que una vez
besè.

Besè

los minutos
las noches estivales
el silencio.

El silencio

enmudeciò los cuerpos
y la voz
queda
permanece
a la sombra de un olvido.

Olvido

que se acerca
irremediablemente
y doblega las posibilidades
de un reencuentro.
.
.

sábado, 29 de marzo de 2008

Reentendiendo palabras: Mañana

Mañana…

No, no se me vaya.
Venga,
que no lo estoy pateando para luego.
Hoy,
ahora.
Venga que vamos a hablar de mañana.

Mañana es varias cosas.
Es cuando el Sol vuelve a soltar el calor
después de haber brillado en otras partes.
Es escarcha en invierno,
es lunes, un séptimo de las veces.

Mañana
se llora lo que ayer no defendimos
Y no aprendemos…

Mañana es nunca si no se pelea,
es igual que ayer si no cambiamos.
Mañana es siempre mañana.
Nosotros,
quien sabe si seremos.

Por eso ahora,
quiero agradecer el haber estado con vos los días,
cada paisaje que estos ojos vieron,
cada mañana que despertaron.
Por si mañana no puedo.

(El Poeta del Asfalto, Buenos Aires, marzo 2008)

martes, 25 de marzo de 2008

End on

Tanto tiempo
y no te conozco.

Cierra la tarde
un nuevo capìtulo
de una historia
que en definitiva,
nunca va a tener un final.

Es como un espiral
que marea
y encierra.

Silencio
es lo ùnico
que sobrevive
luego de demasiados gritos.

No hay puntos finales.

No somos palabras simplemente
aunque, sean ellas, las que
definitivamente
nos separen.

lunes, 24 de marzo de 2008

Oropel

Nube de flamencos contra un cielo de tormenta.
Leves vamos,
inocentes.
Hoy digo:
no estamos bien,
no estamos ganado.

Oro de tontos,
pequeñas laminillas de tristeza
de las que nos despegamos trabajosos
al levantarnos,
cual lagañas.

Cielo sin estrellas,
cardinal del vacío.
Amor sobre la tierra,
buscando.
Ese montículo de libertad aún no dada
antes que el viento lo disperse
en miles de sueños absurdos.

Destituida mi parte que te busca
por los generales de la tristeza
la continúo clandestina.
Entre ruinas, errores,
y paredes color piel de odio ciego.

Con una voz que no dice mucho,
sonrisa vieja de puma
con garras redondeadas.

Iluminado de cuando en cuando por centellas.
Sólo,
con la sangre fría contra las piedras.
Así va el que no se rinde entre el cemento

Por veredas que se cruzan
entre los desconfiados ojos,
bajo el cielo sin estrella
con un lápiz y un papel
y una goma de sonrisa
para borrar ojeras.

Lento,
apenas esbozado,
rapaces las nubes
igual te han reconocido.
Te persiguen con su lluvia fría
que se lleva las ganas.

“Poeta, lagartija,
corta tu rabo.
Mira, cuídate.
Lagartija, lagartija.”
Te grita con voz de trueno
alguien muy arriba.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, 24 marzo de 2008, a 32 años del último golpe de estado en Argentina)


Oropel: Lámina metálica con acabados finos, en muchas ocasiones dorados ó plateados. Por lo regular suele ser de cobre ó latón.
El Oropel suele usarse como recubrimiento de algunas superficies, principalmente con fines decorativos.
La etimología de la palabra Oropel, viene del francés. Se deriva de las expresiones orie (dorado) y pel (piel).
El término Oropel, también se suele usar para calificar algún objeto que, pese a tener una deslumbrante apariencia, no tiene un valor económico significativo.

Fuente: Wikipedia.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Volver a empezar

De tanto golpearme comprendí,
que el egoísmo no es una puerta,
al menos para mí.

Lo único cierto es lo que hacés.
Si intentás hacer arte,
tu oficio es lo que das,
habla de tu preocupación por los demás.

En la trastienda del artista caos.
Cosas por la mitad que nadie entiende.
Tirado lo que te sirve,
lo que descartás...

Tomé la hoja,
un sorbo de mate,
la birome, que tardé tanto en hallar.
Escribí siete malos poemas por la mitad.
Intenté en vano sanar,
enmendar...
Tocaron timbre,
no atendí.
Maldije,
los dejé.

Cuando no había nada más que hacer,
Cambié de música,
me lavé la cara…

y volví a empezar.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero 2008)

lunes, 17 de marzo de 2008

Los Meses con minúscula: abril (otro)

También nombre de mujer,
nubes vinieron marchando en cruel asedio,
abdicó el estío.
Huyó rodeado de golondrinas y abejas
a otras más benignas latitudes.

Nadie viene a visitar al monarca taciturno
al fondo de su palacio frío.
La tierra se inclina
como montura que despide al jinete,
y la fuerza de ese Sol
se muda al otro hemisferio.

Apagado, en su trono distante
debe sobrevivir a la muerte,
como la palabra escrita,
como tantas otras cosas.

Alguien muy alto y muy paciente
le traerá de nuevo guiándole de su mano ciega.
Volverá para reinar en primavera
atado a su melancolía.

¡Debes sobrevivir ahora
esperanza nuestra!,
sino:
¿qué sería de nosotros?


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires enero 2008)

Reentendiendo palabras: Catarata

Desafío no es necesariamente dolor
o fracaso.
Posibilidad hay en catarata.

Estando al borde no marearse,
pensar simplemente,
que es como un salto que da el agua.

Nos enseña
gravedad no es frontera,
Hay que construir,
avanzar sobre el abismo que nos separa,
Ir hacia otras realidades.
Si el agua pudo,
nosotros podemos.

Revolotea,
cae,
se revuelve burbujeante allí debajo,
se aleja de nuevo cantando por su cauce.

Grave es quedarse amarrado a la orilla,
juntando verdín y moho en el vientre de la canoa.

Sal a navegar.
Que la catarata te trague al final no es tragedia,
es lo que pasa, che.
Lo que a todos nos pasa.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo de 2008)

Reentendiendo palabras: Ezquizofrenia

Delirar sin tener fiebre,
desconfiar a las verdades.
Vereda de enfrente,
afuera y dentro de uno mismo.
Desafinado alguien va cantando,
diciendo dentro de la cabeza macanas.

Locura no es bella,
Locura,
es quedar desnudo,
encerrado en el balcón en invierno.

La indiferencia te blindará de a poco.
La indolencia a la sed,
y ese convencimiento enfermo
te irá secando lo que queda esperanza.

Vereda de enfrente la gente,
dos lados de uno mismo
van sin casi conocerse.

El mundo te hará un muro en derredor,
como a un vecindario incoherente
Babel donde todos hablan a un tiempo
y nadie entiende.
Lo llamarán manicomio.

Locura no es bella,
es reírse triste.
Es llorar en un rincón
la alegría de no haber elegido ya no ser alguien.
Contemplarlo desmoronarse
desde atrás de un vidrio.
Aceptar la imposibilidad de ayudarle a lo lejos
aunque nosotros mismos seamos ese alguien.

Esquizofrenia,
corso a contramano,
conventillo en la cabeza.
Calamidad y calambre.
Muchas voces a un tiempo,
no hay posibilidades de convivir con esa gente,
ni con ninguna otra gente.
No hay posibilidad
de enfrentar seriamente esa imposibilidad
una vez iniciado ese derrumbe.

Alterado y absorto,
estás hablando sólo,
¿lo sabías?
A todos nos harás llorar
con esa mirada fría.

Estremecido por temores estabas,
de pronto tenés la voz de otra persona.
Tenés a muchas encerradas
en esa cabeza tuya.
En realidad nadie sabe
si les das de comer,
si les das de beber.
Si sienten algo a más de estar solos,
y ya no recuerdan como se llora.


(Para Pablo B.)
El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo 2008)

Reentendiendo palabras: Risa

Obraje maderero en el bosque sombrío.
Picada,
o sendero libre en la foresta triste.
Pasarela sobre torrente de penas,
único paso al continente del mañana.
Comparsa en procesión de lágrimas,
victoria a lo que nos gana siempre.

¿Olvidarla?
No
¿Esconderla?
¿Para qué?
Las muchachas suelen creerla inconveniente
y la tapan tibiamente con el índice.

Es que despiertas muchas cosas..
Disimularte nunca más,
contagiosa,
reina de nuestra cabeza.
Nos entregas placer a cambio de nada.

Abdicarán las penas
en tu coronación rojiza.
Un coro de hienas con los dientes
destaparán los obres de la carcajada.
Comenzará la hilarante fiesta.

Venga a nosotros tu reino.
Marfil o amarillenta,
incompleta, o redonda,
brillante es.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo de 2008)

Reentendiendo palabras: Multitud

Multitud es: muchas veces uno.
La muchedumbre empuja, presiona,
los menos constantes pasamos a las orillas,
el que puede se abre paso entre los golpes.

Algunos caminan bajo dinteles tristes
de puertas sin retorno.
Cruel, loco y sonriente,
esa inercia que solemos llamar destino.
A veces parece vacío el espacio,
de cuerpos abigarrados.

Multitud es, donde no están los amigos*,
ni el papel, ni la birome,
ni una piel dispuesta a dejarse que la quieran.
Unión de sueños absurdos
ironía contra la inocencia,
un guante estrechando manos.

Es volver desilusionado a casa,
pensando que la tierra es un baldío.
Que nos han dado a luz en penumbra,
que nuestros días están destinados a escombros.
Todo eso es multitud,
una pequeña celda en el la grilla gris
donde todavía cabemos.

Es verse muchas veces a uno multiplicado,
tal vez nosotros.
Es, aún sabiendo todo eso,
ir a tu encuentro pese a todo.
Por obra y magia
de la sangre que empuja todavía.

Multitud que marchas,
cuando ya no me cuentes en tus filas
llorame tan sólo, si es que vas a llorar a todos.
Sino, no malgastéis lárgimas.

No somos más ni menos que nadie.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, abril de 2008)

(*: Dedicado a todos los que siento mis amigos)

Reentendiendo palabras: Jefe

El que va adelante,
carga con el peso.

Jefe,
Señor.
Su lengua se mueve poco.
Con el ejemplo se enseña,
con el ejemplo se aprende.
Así solamente se gana el respeto

Se espera de su decisión algo parecido a la justicia,
su lugar es el del que va adelante.
Coraje,
paciencia y entendimiento.
Sus manos tanto pueden
frenar la ambición del fuerte,
o alzar a la paloma del ala quebrada.

Disculpe el palabrerío,
sólo así me entiendo:
Jefe,
Señor.
Su lugar es el del que va adelante,
diccionario decir debería:
el que recibe la primer flecha.

El Poeta del Asfalto, (Buenos Aires, marzo de 2008)

Reentendiendo palabras: Mayorías

Dos tercios de la gente cree
que hay cinco sextos que no sirven
Dos cuartas partes piensan que hay que matarlos a todos
Los otros dos cuartos agonizan o ya han muerto.

Los clérigos piden calma,
Los feligreses dan rebaja,
“Bueno,
a todos no.
Pero a dos de cada tres.”

Yo con otros trece millones
vivimos en la ciudad del dos por cuatro
con iva del veintiuno por cien.

Cuatro quintos del mundo
vive en habitaciones de dos por dos
con problemas cada dos por tres.

Los expertos estiman que:
el ochenta por ciento de los que tienen televisor de plasma,
querrán pronto una cuatro por cuatro.
Seis por ciento la lograron comprar.
La mitad no la podrá terminar de pagar.

Una parte apreciable de la otra mitad
se encogerá de hombros o no responderá
a la pregunta de:
¿para qué la compró?

Un tercio de los que visitaron el M.A.L.B.A.,
Comprarían un cuadro solamente
para tapar una mancha de humedad.

Quince dieciseisavos de la gente ,
entre los que me cuento,
creen que la poesía no sirve para nada.



Que quieren…
en algo tenía que sentirme mayoría.
Además,
odio quedar segundo en las encuestas.


EL Poeta del Asfalto (Buenos Aires, abril de 2008)

M.A.L.B.A.: Museo (?) de Arte Latinoamericano Buenos Aires.
www.malba.org.ar

Los meses con minúscula: junio

Nadie sabe donde guardas la bruma
hasta que vuelves
con esas, tus blancas manos etéreas
para acariciar de madrugada a las estatuas.

Pensamos que sería menos duro
soportar un Sol suicida,
pero un viento que nos da la vuelta.
La piel se nos pone de galllina,
esto no es el cine.

Mes sexto,
de hibernar
de no pensar y vivir junio,
al sur el más frío.
Tú también tendrás un día que pararte
tras un cristal helado,
te quedarás seco, frío,
detenido.
El reloj dirá cuando,
podrá ser cualquier día,
pero ígual será junio,
y veintiuno.

Te quedarás invernal.
Congelados los músculos y los huesos,
recto
como un tubérculo dormido.
Acurrucado
con los pies quietos,
con las gastadas suelas
de andar ya todas las horas.

El reloj dirá cuando,
el reloj y un viento frío
comenzarán el largo invierno,
las nubes avanzan.
Salgan todos a la puerta
a darle su aliento,
que un gorrión con ojos de pibe tiene frío
en medio del Sol de junio
del viento y su furia que viaja.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, abril 2008)

Los meses con minúscula: abril

Abril,
otoño en Buenos Aires.

Nubes vinieron marchando en cruel asedio,
abdicó el estío.
Huyó rodeado de golondrinas y abejas
a otras latitudes.
Nadie viene a visitar al monarca taciturno
al fondo de su palacio frío...

La tierra se inclina
como montura que despide al jinete,
y la fuerza de ese Sol
se muda al otro hemisferio.

Apagado, en su trono distante,
debe sobrevivir a la muerte,
como la palabra escrita,
como tantas otras cosas.

Alguien muy alto y muy paciente
le traerá de nuevo guiándole de su mano ciega.
Volverá para reinar en primavera
atado a su melancolía.

¡Debes sobrevivir ahora
esperanza nuestra!,
guarda tu verde tras la corteza,
sino:
¿qué sería de nosotros?

Adiós abril,
también nombre de mujer.
Aunque te ofrezca mi sufrimiento,
un surco en mi corazón.
No has de quedarte ni germinar,
que no es tiempo.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo 2008)

Los meses con minúscula: marzo

Aguerrido puercoespín
se da vuelta a morir una vez más,
su barriga de nubes nos muestra.
Es el verano que se va.

Nadie lo ayuda a empacar,
nadie le desea un buen viaje
Nadie le besa la frente al dormirse
a este último Sol furioso.

Debe ser que sabemos
que somos más frágiles que el verano.
Qué él no puede dejar de pasar como una abeja.

Arriba siempre el Sol.
Cielo, guitarra.
Este poema fechado veintiuno de marzo se irá.
Yo también,
sin dejar ni sombra.

El verano seguirá pasando
inexorable.
Por sobre esta tierra
a prueba de milagros.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo de 2008

Trampa

Hay una araña tejiendo la red,
eso será mi perdición
si continuo tumbado en su tela
con un cigarrillo y una cerveza,
recibiendo elogios
y haciendo de la muerte un beso.



john ash, madrid 17 de marzo del 2008

domingo, 16 de marzo de 2008

Los muertos no indultan a nadie

Piedra.
Piedra, piedra es tu casa.
Cárcel,
o culebra, bajo su sombra.
Arrástrate.

Mira mis manos, aquí arriba,
llenas de barro de haberte hecho.

Muéstrame las tuyas ahora.
¿Por qué las escondes tras excusas?
Yo sé que están rojas.

No veo a tu hermano,
y yo todo lo veo.

Muéstrame tus manos,
cobarde.
No hay arrepentimiento en tu lengua.
Indigno eres de misericordia:
Piedra.

Piedra, piedra, es tu casa.
Cárcel,
o culebra ciega bajo su sombra.
Arrástrate.
Que el más débil te pise la cabeza.
Aplaste tus sueños de fortaleza.

¿Qué has hecho con tu hermano?
cobarde.

Arrástrate.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero 2008)

miércoles, 12 de marzo de 2008

Escritores


La gente leé y disfruta de la historia
del poema que nace trás una borrachera
y una noche de cocaina
de las letras del hombre que se chutaba
perforándose una vena con un cuentagotas
del suicida
del loco,
pocos se preguntan
que empuja al escritor al vacío
quizás porque siempre es mejor
pensar que todo está en el vientre
de la ficción
o quizás porque no les importa.
Nadie se para a pensar en la dureza
la resistencia necesaria
de ver tu vida irse a la mierda
sin trabajo
comida
amigos
y detenerte un momento,
casi siempre tratando de escapar
de la mediocridad,
buscando diferenciarte de los otros
que son tu reflejo en otro lugar.
Casi nadie se detiene a imaginar
los años que Bukowski se pasó sin follar
ni comer, sin trabajo, pidiendo limosna
en barras de bar
a sus padres
y a los que decían ser sus amigos,
cuando se levantaba vomitando
buscando contener la arcada con otra copa
antes de enfrentarse a diez horas de trabajo,
o Burroughts
vendiendo el culo por un chute sucio
con sus licenciaturas y su generación beat
chupándole los huevos
para que les diera algo de la marihuana
que en Mejico plantaba antes de matar a su mujer
de un disparo en la cabeza,
Gil de Biezma bebiendo a muerte
sabiendo que tenía a toda la sociedad literaria
deseando que le enterraran,
la locura de un Henry Miller
que atrapado por su propia mujer y su amante
por su absurda vida de escritor
golpeándole sin parar
con todos pendientes de su próximo movimiento.
Otros tuvieron menos suerte
Artaud sufrió la humillación pública
a manos de un puto psicólogo,
Scott Fizguerald murió joven
casi siempre borracho
proclamando que todo estaba socialmente perdido,
Hemingway encontró la libertad
pero era demasiado viejo
y su escopeta demasiado rápida,
Pavesse estaba harto de fingir ser poeta,
Rimbaud
Carver
Jim Carroll
Thompson
Kerouac
y todos los que nunca
pudieron ver su alma publicada,
todos ellos hablaban del dolor
de cuando te quedas sin bebida y solo tienes eso
de la falta de algo con lo que colocarte
y fingir que vives en el mismo sitio que los demas,
de la ausencia y la soledad
de la nada que poco a poco se hace rutina
y luchas con la palabra por salir de ella
por demostrar que aunque no seas nadie
aún tienes algo que gritar al puto mundo.

Para todos ellos.

john ash, 12 de marzo del 2008. Madrid

El rocio era violado por el sol

Cuando te fuiste
sabía que no volverías,
la muerte no tiene billete de regreso
y te fuiste lejos a descansar
lejos de mi y de todos
mientras tu hermana
daba explicaciones
sobre la enfermedad que te mataba.
Yo ya no te quería
y me daba igual
estar tambien enfermo con el bicho
o morirme a la vez que tu
solo por acompañarte.
Te enterraron en otro lugar
que nada tenía que ver con nosotros,
y el rocio
seguía siendo violado por el sol
solo que de una manera
mucho más triste,
fuiste la primera
y hoy puede que no signifique nada
despues de morir varias veces,
esperando sentado a la dama
con las palabras brotando
de estos dedos defectuosos.


john ash, 12 de marzo del 2008. Madrid

martes, 11 de marzo de 2008

Marte

La guerra
¿Quién te ha dado ese tremendo oficio?
Hemos ido a visitarte a tu morada,
rodamos lentamente por tus pedregales.
Hemos visto la puesta de Sol desde tus cráteres,
golpeamos a cada roca,
a cada piedra le preguntamos:
¿dónde están?
¿dónde se han escondido?
El mar,
las aves.
¿Por dónde se fueron las últimas pisadas
sobre tu polvo rojo, amigo?

Algunos sueñan con colonizarte,
yo prefiero dejarte en paz ahora
ya que no puedo prestarte la lluvia.
Te libero girando
con tus dos pequeñas Lunas,
tu enigma,
tu cinturón de asteroides.

Dormido estás,
ausente en el cielo,
sangrando ocaso.
Vestigio del futuro
ojala no seas.
Tal vez te destruyó la guerra,
Marte,
y eres un aviso.

¿A dónde?,
preguntamos entre el ardor ultravioleta.
Nadie contesta,
sólo un viento eterno borrándolo todo.
Luego perdemos contacto.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo 2008)

(Un pequeño adelanto de la "Colección Celeste".
Un saludo a todos los que nos visitan,
estamos con algunas dificultades lso integrantes
ojalá en breve podamos darle todo lo que merecen.)

Voyager II

Viajé siglos luz,
volví fatigado y ni un hombre se ha salvado.

Era su destino, pensé.
Estudié lejanas civilizaciones que me estudiaron.
Seguí aún más lejos,
vi a Dios en su guarida escondido de los días,
le pregunté ¿quién era?,
pero no estaba hecho para responder,
tan sólo estaba.

Los hombres que me enviaron lo buscan,
pero en la frecuencia incorrecta.

Volví,
luego de perderme en galaxias
que se bifurcan por todos lados.
Sin abajo ni arriba volví,
y ni un sólo hombre se ha salvado
para ver mi legado.

Yo soy El viajero,
los hombres me bautizaron
recoger datos es mi misión
doy vueltas a la esfera vacía,
voy a la deriva,
pregunto.
Envío un mensaje desesperado.
“¿Es esto todo?
¿no hay nada más?”

Nebulosa

Ahí, en lo lejos,
sin costados.
Sin abajo ni arriba,
con lentos giros.

Como una tela sin araña,
como una bocanada de humo.
Astrales salpicaduras,
jalea de perlas.
Anuncio en la avenida de estrellas,
neón celeste,
tintineante,
azulada espuma.

Tienes cuerpo elegante,
parece que hubieras salido
descalza con tus gemas a pasearte
bajo la Luna llena.

Parece que el universo entero
te hubiese estado esperando.
Te hubiera reservado una pista para que bailes.

Castañuelas de estrellas,
guitarra de mil soles.
Girando sobre ti misma
en un ególatra desfile.
Contemplándote
en el espejo de tu propia blancura,
tal tu embrujo.

Con lentos giros,
cada instante de la eternidad.
Día tras día
descalza
en una danza que tu sola sabes.

Ahí en lo lejos

Luna

Hueso de piedra
de un costilla terrestre.
Diamantina presencia,
¿Lo sabes?,
te busco la cintura.

Baja tu influjo
mantienes la vida.
Con tu canto mareas las aguas,
encrespas el mar,
despiertas al hombre lobo.


Prometida de los dioses,
adorado rostro.
Si desaparecieras ofendida,
sería muy oscura esa noche…
Si un viento de madrugada te robara,
o harta de esta raza colérica,
escapases por la ventana
atando sábanas y encajes
la noche previa a la boda.

Desataría contra nosotros
los canes de la celestial furia.
“¡Ha huido!”,
gritaría el tremendo monarca.

Sin ti iríamos cayendo.
Nuestra voz sería un eco
llamándote desde el espacio.

¡Luna!
¡Luna!

Eternamente eclipsados,
las plantas y animales se apartarían de nosotros.
Las mejillas ríos de plata,
el corazón tristeza.

Dándonos la espalda,
nos mostrarías tu lado oscuro.

Deberíamos habernos convertido en ciegos para entonces.

Asteroide

Aturdido,
sin sentido
se extravía.
Sin dueño,
perdido,
hirviente.

Huérfano,
te busco fugaz en el cielo.
Mis lágrimas graves
no pueden derramarse hacia arriba,
no te alcanzan.

¡Vete!
ser opaco.
Nadie te dará un pecho para que descanses
Nadie en el cielo es pariente tuyo.
Tu madre mineral te desconoce.

Espiritu errante,
corazón sobresaltado.
Negado vas y vienes,
rechazado.
Indeciso en el espacio
correteando estrellas
por los prados salvajes.
Libre, solitario.

Tal vez piense noches y días enteros,
sin pies ni cabeza,
“Si tuviera manos,
yo mismo me matara.”

Girando a la deriva mientras tanto.
Siglos,
hasta que un obstáculo
te borre la tristeza.

Venus

Femenino cuerpo celeste,
blanquecino.
Como un vientre preñado en la noche,
o Lucero del Alba.
Gema,
perfecta esfera.
Los romanos te adosaron erotismo,
los mayas centraron en ti su calendario.

Algo nos mueves,
hermana de la tierra.
Dicen que tienes la fuerza de mil volcanes,
que irrumpes en deseos
Que tu color esconde lo ardiente de tu piel.

Te acercas a nosotros como nadie
girando lentamente en sentido opuesto.
En celestial baile
de insinuación casi incestuosa
nos vamos confundiendo.

Mercurio

Solitario y ardiente,
mensajero de los dioses.
Tu fuerza se ha ido apagando.
Tu atmósfera tenue,
te ha hecho vulnerable a tantos golpes.

Planeta herido,
guardas silencio desde tus amplias planicies.
¿Cómo soportas, estóico,
el paso del calcinante día?
¿El frío de tus noches sin Luna?
Tal vez lloras hacia tu núcleo duro,
pequeño,
y nosotros no te vemos.

Disfrutamos de tu compañía.
desde la tibieza terrestre.
Recordamos siempre tu cruel ventura
cuando te quedas brillando en los atardeceres,
desde allí nos asomamos a tus cráteres.
Hay lágrimas contenidas en esos ojos.
Tu heridas nos enseñan:
si hay hielo en ese infierno,
aún hay esperanza.Mercurio: 1º planeta del Sistema Solar, el más cercano al Sol.
No posee satélites (Lunas).
Su nombre fue tomado de la mitología griega "mensajero de los dioses".
Recibió la visita de la Snda Mariner 10.
Pese a sus altas temperaturas en las caras expuestas a la radiaicón solar, debido a que sus polos nunca enfrentan el Sol, se hallaría agua en estado sólido (hielo, en criollo) en el fondo de sus cráteres.

viernes, 7 de marzo de 2008

De la viuda

Se ha secado el árbol que daba amparo,
ha caído.
¿Dónde iremos?
Mañana,
ahora,
y después de mañana.
¿Dónde iremos?

Apreté contra el pecho a mi niña.
Ella no podía saberlo.
Allí,
detenido,
tieso,
aún estaba.
Se ha secado el árbol que daba amparo.

Por la madrugada una última tos seca,
retumbe sordo,
como último hachazo de dolor le ha herido.

¿Dónde iremos mañana,
y después de mañana?
Ahora que aún está aquí,
tieso,
caído.
Inmóviles las manos del trabajo.


"Sosténgame a mi niña,
prepararé mate para los que han venido.
Amanecerá pronto."

Ha dejado de sufrir,
no hay galletas.
La habitación parece muy alta y muy fría.
Su patrón a mandado decir
que pagará el entierro.

¿Y nosotros?
¿Dónde iremos?,
mi niña.
Los aún vivos.
¿Dónde iremos?
Luego de este amanecer oscuro

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero 2007)

jueves, 6 de marzo de 2008

Estallar al aire

Nueve lunas de esperar,
girando en la placentera placenta.
Envuelto en sonidos lejanos,
soñando ser.
Y tal vez, sin saber lo que es nacer,
soñando ya,
con tener mis propios hijos.

Creciendo,
alimentado por un cordón
ligeramente enredado.

Esperando la dicha,
de por sí: agradecido.

Oportunidad,
buena o mala,
oportunidad,
y es todo.

Empuja una fuerza casi sobre humana.
Me despide.
Me recibe una atmósfera hostil y fría
Siento algo de miedo,
oigo un grito inédito
se hinchan mis pulmones.

Aún no veo a donde he venido
pero al fin soy.
Para bien o para mal: respiro.
Me agito,
lloro.

Pendo cabeza abajo .
Un fuerza que no me abandonará hasta ido,
me impide quedarme quieto y me arqueo.

La luz se cuela a mis retinas.
Sin saber aún donde estoy,
fascinado,
compruebo en instantes
todo mi cuerpo verdadero.

Humano soy.
Ya tengo las manos que voy a dar.

¡Vivo!


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero 2008)

(En agradecimiento a todas las madres, especialmente a las fallecidas en el parto y a las que se han hecho cargo de esos niños huérfanos. A quienes como a tantos seres inmensos y desinteresados no se les dedica un mísero monumento, en nuestras civilizadas náuseas urbanas.
Para todas las mujeres que se han dormido soñando ser madres, ojalá haya un jardín lleno de niños esperándolas en alguna parte.
Y muy, muy, muy, muy especialmente para todas las mujeres que sin haber parido, han adoptado a su regazo hijos de otras.)

lunes, 3 de marzo de 2008

Los meses con minúscula: mayo

Mayo es cuando caigan las hojas.

Remolino amarillo el viento travieso.
Torbellino es lo que siento,
los días se nublan,
no sé si podría explicarle...

Mayo amaneció llorando por un ojo.
La lluvia golpea los cristales,
la gente se refugia tras las ventanas.
La calle más sola que nunca,
se ve la llovizna contra la luz de los faroles.

El frío pide permiso,
el trago obliga a recuerdos...
la emoción nos sube el alma hasta la voz,
mejor: abrigarse.

Crujientes nuestros pasos perdidos,
la lluvia que golpea los cristales,
mayo...
La calle está más sola que nunca
tapizada de hojas.

¡Vamos a volver como el Sol!,
¡Cómo el ruiseñor a la rama!.

El viento que pasa afilando las garras
entre los árboles de otra calle que se pierde en la neblina.

Soportaremos otro invierno,
amigos que yo quiero.
No sé si soportaríamos
la ausencia de la canción.
Por eso canto yo,
fuerzo la voz acariciante
al pasar
mayo,
junto a tus ventanas cerradas.

No se calle el bandoneón,
con la garganta desnuda al viento
¡Así!,
¡Así, Buenos Aires!.
¡Así muchachos!,
¡así se canta!


El Poeta del Asfalto, Buenos Aires, febrero 2008.
(un adelante de la colección "Los meses con minúscula")

Los meses con minúscula: febrero

Veo el Sol de este mes,
el cielo casi líquido de febrero...
Debe haber sido alguno de sus veintiocho días
el primero en que un humano dijo: Hola

Una mujer, un hombre.
Un ser integro, pensante,
parido por la tierra desde su vientre moreno
como este Sol que sube ahora
como un toro crecido,
que ya no podrá ser capado,
más que por el filo de la noche.

Remanso de sombras,
concierto de grillos,
respiro oscuro,
angelical refugio
del infierno impiadoso del verano

Aún falta para eso,
ahora febrero inclina la testa hacia nosotros
su viento candente patea el suelo
dobla sedientas las ramas.
Indomable toro del verano,
alto
nos anuncia el mediodía.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero de 2008)



Capado: Castrado en términos de la ganadería.

Los meses con minúscula: enero.

El tren avanza.
Los rayos del Sol se descuelgan sobre nosotros,
aunque alguien en el mundo ya ha gritado:
¡Basta!.
Miro a través del vidrio ausente de la ventanilla.
De Horizonte a horizonte,
este es nuestro mundo.

No posesivo.
Nuestro derecho de andarlo,
de sonreír o llorar por un tiempo.
De reclamar por tu dignidad.
De decirte que lo siento.

Enero, calor.
La niña lloriquea y se queja.
Con el tiempo uno se va resignando.
Ve los que en el camino quedan.
El sudor también, del que está al lado.
Piensa en que no puede entender la nada,
ni el como hubiera sido no ser alguien.
Así como tampoco se entiende esto,
simplemente se lo vive.

Uno sopesa todo eso,
y aprende a no lamentarse.
Que enero será un doceavo de tu vida,
y no hay más piedad que el haber nacido.
Más que, que el tren
no se detenga entre estaciones,
y cese esta brisa.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo 2008)

Chau

Ciertas cosas duelen de más.
Ciertas cosas demoran demasiado:
donar sangre,
caer de un rascacielos,
despedirse en la estación de trenes.

Mejor un “chau” desde la puerta,
sin mirarnos los ojos,
con la mitad de una costosa sonrisa.

Aunque ciertos regresos demoren de más,
mejor pensemos que nos vamos a ver de nuevo.
Que la vida no nos trató tan desparejo.
Que vamos a volver algún día
a algo llamado nuestra casa,
aunque nunca haya pasado hasta ahora eso.

La puerta de calle hizo ruido,
el hormigón encierra más vacío.
Si arrastrás los pies,
se siente el eco.

En un rato pasará el basurero.
A partir de ahora,
tal vez convenga hablar de lo lejano en tiempo pasado,
como si hubiese muerto.

Aceptar ciertas cosas duele a veces demasiado.


El Poeta del Asfalto (Febrero 2008, Buenos Aires)