martes, 11 de marzo de 2008

Asteroide

Aturdido,
sin sentido
se extravía.
Sin dueño,
perdido,
hirviente.

Huérfano,
te busco fugaz en el cielo.
Mis lágrimas graves
no pueden derramarse hacia arriba,
no te alcanzan.

¡Vete!
ser opaco.
Nadie te dará un pecho para que descanses
Nadie en el cielo es pariente tuyo.
Tu madre mineral te desconoce.

Espiritu errante,
corazón sobresaltado.
Negado vas y vienes,
rechazado.
Indeciso en el espacio
correteando estrellas
por los prados salvajes.
Libre, solitario.

Tal vez piense noches y días enteros,
sin pies ni cabeza,
“Si tuviera manos,
yo mismo me matara.”

Girando a la deriva mientras tanto.
Siglos,
hasta que un obstáculo
te borre la tristeza.

No hay comentarios: