sábado, 29 de agosto de 2009

voy a enseñarte a caer (del suelo)



La carretera arde.
Líneas con dirección,
sin sentido
vueltas siempre en redondo
no puede ser que aspires nada más que a esto
no podes creer
no puede ser
pero no necesitas creer, lo que estás viendo cada noche,
lo que estás sintiendo
caer y caer
como fichas de un viaje en el que viajas secuestrado en el baúl
un viaje sin destino conocido,
y que a este paso,
no vas a precisar pagar...

El Poeta del Asfalto (Buenos Aire, agosto 2009)
a que estoy "dedicador" este se lo dedico a Mr. Ash, así nomash, y sin saber porque.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Disfrazao´ de gente



Mientras el amor viaja por una ruta lejos,
no puedo evitar intentar caminar
por el campo minado
y estallar
mientras mi compañía parecen ser fantasmas.
Y esto sucede a merced del viento entre cuatro paredes.
No termina más esta guardia desde la trinhcera.
Pómulo marcado
mirada navegando en ojeras
estan mis ojos rotos
esta mi piso gastado
de visitas con insomnio.
Me duele el paladar de tragar saliva,
los tendones de saltar adentro
con la cruz que carga la mitad
y pesa el doble.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, agosot 2009)

Este es para todos esos medio "chúcaros" que tenemos la personalidad así medio sin teminar. Sin revoque en las paredes, digamos. Y forma parte de una cosa que se me ocurrió agrupar bajo el nombre "Aunque no viajes" y que estoy rumiando, por ahí

domingo, 23 de agosto de 2009

Cuarto

aureola púrpura
vaso de vino vacío,
el quinto quedó atrás
Después del tercero
ya te quedaste sin medalla
ni te acordás de donde venís,
tenés la mitad de un poema,
la mitad del tiempo,
la mitad de la respuesta.
Sumando el techo y el piso,
son seis los muros
Cuarto,
compartido y maloliente.
el de la guitarra desafinada,
sea tal vez el cuerpo más atractivo
pero es muy tarde...,
los vecinos...
Barco que se sueña navegando sin darse cuenta
clavado en un banco de arena,
es la más oscura
la sombra entre las sombras dentro mío.

Inquilinos de una estrella que se apaga,
Cuarto,
dividiendo la mitad que te queda,
es como se llega
a eso que llaman mañana.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, Agosto 2009)

viernes, 21 de agosto de 2009

Marchamos, como todos.


No confío en costumbres
ni en sabidurías que duermen por siglos.
Pero hay un camino por donde quise andar, y no anduve.
No hubo indicación,
no sé donde quedaba.

De la civilización tan sólo me ha tocado.
Sólo el ruido,
el ruido
y el ruido.

La herida no pudo más que supurar,
no pudo soñar o simular que nunca estuvo ahí
Se estrechan los callejones,
se ensancha lo que no supiste entender.
Por más quebrado que esté,
Es obvio que te encuentras mirando desde afuera del vidrio
Como ríen los demás...
Es inútil simular que ese cristal que no endulza
no te está rasgando la piel.

No pudiste comprnedeender
que irías entendiendolo de a poco.
No es tu culpa,
Pero no te detengas a lamentarlo
Porque el tiempo se ha acabado.
el tiempo de esperar
tu tiempo.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, agosto de 2009)

miércoles, 19 de agosto de 2009

Leña verde


Ni quince tenían tal vez,
y ya ardieron
echando un humo olor a plástico en la esquina,
duros de fríos, bajo e Sol de la mañana.

Ellos pasaron de largo la noche y la gente que los mira
consumirse no tan lento armando con una lata vacía
la fumata de los restos.

La cruz les hicieron,
tiene lágrimas negras,
como en un crematorio de esperanzas
echando la humareda más triste
que estos cielos tengan noticias.

Es el futuro acalambrado
con un veneno tan barato que da asco.
Con un rejunte de excusas tan nuestro...
con la inmensa pena del abandono,
con un ardor de razones que sin razón nos matan

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, agosto de 2009)

domingo, 16 de agosto de 2009

Potencial poema bajo la influenza del tamiflú


Mientras los rígidos de siempre
brindan abiertas clases para flexibilizarse
hasta lograr estornudar en su propio ano
a los enseñados a comer de su propia bosta,
Tristes tuertos
invaden el reino de los ciegos
y sin emoción comprueban
que ya quedan pocas cosas que llevarse por delante.
Avanzan en tropel
hasta que se pinchan su ojo bueno con su coronas de lata
y comienzan a toparse las cabezas unos con otros
con gran dolor y tremebundo estruendo.

Ellos soñaban con crear una escuela
donde se enseñe a enseñar a los que no saben aprender.
En decirle a sus súbditos
que ellos no eran así como creían ser.
Soñaban con inventarles caras,
contárselas
y divertirse viéndoles la que ponían.
Pero ahora todo se ha malogrado
en este poema macabro que escapó de mis manos al quebrarse el tubo de ensayo
y que en un parpadeo termino
para sumarme otra vez a la cifra de los ciegos.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, agosto de 2009)

(Alguien sabio dijo que la vida es como un inmenso hospital donde los enfermos están poseídos por el extraño deseo de cambiarse de cama. Vos y yo, que no somos tan sabios, que ya tenemos el quetejedi paspado, tratemos de que no nos sigan acostando al lado de un muñeco multimedia diseñado para encima nuestro cada madrugada.)

viernes, 14 de agosto de 2009

Callejón



Unos cuerpos,
familia, tal vez, durmiendo sobre cartones
una pintada en la pared, con error de ortografía
Un lata de aluminio rota donde alguien habrá fumado
una muerte no tan lenta.

No sé si sabrá ese hueco húmedo bajo la escalera,
o algún simple ladrillo de esta ciudad toda,
de como sale un hombre,un ser humano,
de la tristeza.
De la necesidad de cada cual de su espacio
del veintiuno por ciento de IVA,
de la miseria,
de como va coronando dinastías crueles.
De que una teta en una pantalla es pornografía,
de que un par de zapatillas
puedan costar lo que gana al mes un jubilado,
es simple ley de mercados
oferta y demanda,
relación costo/beneficio,
libre albedrío
democracia.
Normalidad.

De que somos luz,
de que a pesar de lo de adentro y lo de afuera
hay que seguir brillando.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, agosto 2009)

martes, 11 de agosto de 2009

Puntos vacíos



el yuyal ahí al costado
la tarde que se la va desmayando encima.
El cardo ese,
nunca supo donde iban los trenes
apenas siente que no siguen pasando
pero asomado a la mitad del durmiente se sabe intruso.

Se los veía venir, recuerda,
parecían dispuestos a todo en su corredor de fierro.
Se los veía venir, e irse largando humo.
Ahora sólo queda la pupila quieta del acero desnudo
ensayando al cielo un tibio guiño anaranjado

La tarde envía al viento a decir
cualquier argumento gris
para llover.
Ningún oído que atienda,
ninguna voz que oponer.

Alambrado caído,
Soledad,
herrumbre
y nada.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, junio de 2009)

sábado, 8 de agosto de 2009

Postales de un séptimo día



dos o tres mesas vacías más allá,
la voz del noticiero en el televisor tiene un aire grotesco
el pibe pasa vendiendo unos claveles como sus ojos,
que no dan más.
Va recostándose en su nada,
inclinado por las mesas.
Tal vez quiera consultar:
¿por qué demora tanto la respuesta?
pero por educación como tantos calla.
Yo bajo por vergüenza la mirada
y le veo los pasos torcidos sobre el mosaico gastado
por el paso de los años y la desidia.

Tal vez encuentre un rumbo entre todo este desvarío
así como por milagro.
Tal vez, más tarde,
cada noche cuando se saque los zapatos
miré una estrella y desee preguntarle:
por qué el camino
no pasó por el amor.

El Poeta del Asfalto, Buenos Aires agosto 2009

jueves, 6 de agosto de 2009

párpado de nostalgia



Una canción.
Una canción en la radio.
Una canción en la radio ahora.
El dial estaba allí,
por hacer algo la encendió.

Son cuatro las paredes,
Cuatro los hielos,
cuatro los dedos de altura del amargo Cynar
en el vaso que hace un instante besó.
Cuatro
los tiempos del compás.

Pareciera marcarlos el traqueteo del ventilador.
Ella sentada allí se queda como encantada.
El reflejo del Sol en la pared del edificio de al lado le ilumina lo verde en la mirada.
Tal vez
intenta recordar con quien bailaba aquella vez...
pero el tiempo no retrocede,
más bien avanza.
Y esto ya forma parte de todo cuanto la posterga,
otro poema sin rumbo en que no te digo nada que no supieras al levantarte en la mañana.
Un paisaje común de barrio,
así nomas.
Una muestra más
de como desperdiciar el tiempo.
De tantas y tantas cosas que el mundo nos señala inconvenientes
pero de las que a gente como ella,
o como yo,
nos costaría mucho arrepentirnos.
Nuestro instante diario de ensueño a quienes en lucidez
no hallamos respuesta.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, julio de 2009)

lunes, 3 de agosto de 2009

P e a r l

A veces
me da miedo
y el vacío
es un enemigo al acecho


algunas sostengo una mirada

una voz

que se hace dueña del instante
-perpetuo-


otras
el dibujo que hace en el aire
se ........ e ...s ....p..... a...... r........ c........... e

y aparece el temor a olvidarla
a no poder continuar
colocando perlas a un collar
que por momentos

parece des-hilvanarse.

domingo, 2 de agosto de 2009

Valor

Recién se levanta.
No se pregunta si será un buen día.
Eso se verá más tarde.

Conecta el enchufe,
la resistencia tardará algo más de un minuto
en calentar el agua para el mate.
Es un pobre inventario el que pueden armar sus ojos a esta hora,
en breve cruzará aquel marco como un sexto de las veces y no tendrá nadie de quien despedirse.

Es como un general al que obligaron a hacer carrera.
El suyo
es un mundo de papel y soldados de plomo.
Todavía se anima a decir que aún sueña con la gloria cada tanto.

Ahora enciende un cigarro,
busca rajaduras en la pared,
tose dos veces.
No le duele lo lento del amanecer invernal.
Él,
esta hecho también de esa sustancia de la que se arma la historia.
No sé porque como tantos se dice (y tal vez sueña) combativo.
Yo lo veo más bien dormitar en su trinchera.
Se despabila algo,
toma un sorbo de amargo y con toda su inconstancia
se queda mirando el horizonte
esperando que la oposición deserte de algún modo.

Espera, diagrama,
sueña,
espera.

Sigue esperando.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, julio de 2009)