sábado, 28 de febrero de 2009

Ría,
el mar que amaga entrar pero se queda,
oleaje leve,
paredón,
viento que a veces cuenta cosas,
otras veces alienta de a poco olvidos
mano que hace las veces de visera
horizonte que trae tormenta
arena y piedra,
no podrás distinguir las huellas aquellas
de las huellas nuevas
un ave pasa volando al ras del mar jugando a hacer espuma.
Viento del este,
voluntad que empuja las olas
que pregunta la mía...
pregunté por su nombre.
la inmensidad no quiso contestarme.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero de 2009)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿A vos tampoco te contesta la inmensidad?

Bueno, parece que la inmensidad es muda.

Saludos poeta.