viernes, 3 de octubre de 2008

Reservista de la esperanza

Diecisiete años nomás,
ningún tiempo que perder
Edad en que semillas de pasión
nos vuelven temerarios.

La piedad no entiende en esto,
no tienes más que dos manos,
uniforme nuevo.
Ansias de pelear por lo que crees nuestro.
Oportunidad que pedimos,
espacio,
y más nada.

Para bien o mal,
somos parte de una fuerza.
Afeitada tu inocencia
te distraes con los camaradas tras las líneas.
Cigarro, naipes y bromas.
Cartas de amores distantes.

Cada noche te vas,
y con el alba volvés.
El tiempo corre sin pensar,
la Luna alumbra a veces,
el rocío llora;
pero no es por vos.

Yo no sé que va a pasar.
Los que piensan que entienden algo,
los que creen dirgir esto
se demoran de más pensando.
No te pienses solo,
que escribo por vos.

Aprovecha el tiempo,
te esperamos.
Eres necesario,
es duro el frente,
débiles algunos flancos.
Se reconquista lo que se pierde,
se avanza más bien poco.
Se tiene la rodilla dura,
la ropa desecha.
Se toman las armas del que cae.
Se toma una hoja en blanco,

a la carga.

El Poeta del Asfalto, Buenos Aires enero de 2008

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