lunes, 30 de junio de 2008

Faroles

Me sorprendo detenido y mirando lejos…
Miro la calle Lavalleja a lo largo,
junio la desnudó de hojas
Parece un desfile de luciérnagas por los resplandores.
Se adivina una farol bamboleando en cada esquina,
y otros por mitad de cuadra cada tanto
a intervalos regulares

Es muy tarde.
La gente está en sus casas
el invierno aquí afuera suelto,
jugando con las hojas muertas.
Sopla un metal frío que lastima los dedos,
como una herencia
de los que habrán colocado uno a uno estos adoquines.

Y yo camino…,
camino de prisa.
Con las manos en los bolsillos voy andando,
de tanto en tanto, busco alguna estrella entre las nubes.

Cuando vuelva a casa te escribiré un poema.
No sé si un día podré explicarte lo que me pasa.
Creo simplemente no tuve otra que nacer aquí,
en esta desmesura de cemento.
No me pidas explicaciones,
soy un fierro viejo clavado de punta en la vereda.
Perdón.
intenta no tropezar conmigo.
Soy como otro farol más en la larga hilera,
aunque apagado.
No un sabio,
apenas intento que no nos ganen las sombras
desconociendo la manera de lograrlo.

Me parezco a estas lámparas
que no saben lo que alumbran.


El Poeta del Asfalto (De: Tres días sin dormir. Buenos Aires, junio de 2008)

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