sábado, 14 de junio de 2008

Cuadrados

Miramos el piso,
para enfocar las guardas,
pensando siempre en nuestra baldosa.

Olvidando que formamos parte de un piso,
de niveles, injustos, o no.
pero que esta ahí bajo nuestros pies,
allá,
justo ahí delante de nuestra vista.

Inclinamos el torso,
intentando descifrar si aquello es el futuro
sin darnos cuenta que oportunidades sin retorno,
se resbalan en el ahora de nuestros bolsillos.
Se desprenden,
caen,
rebotan o se rompen horriblemente.
Absortos no advertimos que la magia se precipita.
Que los genios escapan de las botellas,
y las ilusiones rotas quedan de punta para arriba,
entre las marcas rojas de nuestras pisadas que se pierden.


Levanto la vista ahora.
Si milagro es todo aquello que no tiene explicación,
miro a través de este aire milagroso,
las mismas cuatro paredes que me encierran.
Creo que merezco todo lo que me pasa
en mi baldosa...


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, junio de 2008)

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