martes, 3 de noviembre de 2009

Un pibe

Caminaba, corría, reía.
me costaba aprender a silbar
y nunca aprendí bien del todo, ¿sabés?
Iba hasta el parque a ver el Sol en la mañanas
a acompañar los grillos con el alma.
Sabía decir no, si,
pero difícil que lo dijera.

Tenía un bondi esperando en cada esquina
un tren para cada travesura
y se oían pasar y pasar los trenes...

Troilo había tocado ya sus últimos acordes,
mi calle estaba toda adoquinada
Buenos Aires -nunca arrepentida- respiraba por sus poros,
rudo ser su peso que colgaba de miles de hombros
a los que me fui sumando.

Yo miraba todo desde mi estatura,
no precisaba de adjetivos
la vida era todo verbo
volvía cansado a la casa, contento,
no tanto como la primavera que sabe que a esperan,
pero volvía...

Tiempos aquellos...
me costaba aprender pero silbaba.

Tiempo de desafinar para crecer,
de ir cruzando puentes....
No comprendí que estaba triste
hasta que leí mi primer verso.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, octubre de 2009)

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