viernes, 6 de marzo de 2009

Tironeando recuerdos

Calles de tierra regadas de tarde las de aquel tu pueblo
aquí el viento despierta polvo sobre el asfalto
en rumbos que nunca van a llevar a casa.

Rosa de los vientos, despetalada,
prometiste no jugar tu destino a suerte tan sólo para olvidarlo.
Pero un pie siguió a otro sin pensarlo,
simplemente así,
como quien no quiere la cosa
como quien parece que no sabe lo que quiere
aunque en realidad no quiere nada.

Fue así,
así, un paso y otro paso,
como quien se emancipa de lo único que conoce
y por un instante de incertidumbre añora un tanto las cadenas.

Simplemente así, alejarse sin rumbo, sin pensar.
A una orden inaudita obedecer,
un pie,
luego el otro,
un paso y otro, y otro,
y otro más.
Y ahora: nostalgia,
cargando con todo,
con el yugo al pescuezo que no deja mirar atrás ni buscar un lucero;
con mil huellas ya estampadas en el barro.
Con el látigo que aceptaste tácito, lloviendo y lloviendo, que no deja volver.
Amontonando silencios,
Con deber todo el tiempo todo,
Con tener nunca casi más que nada.
Con esta nostalgia a cuestas que se te ciñe al lomo al tomar el repecho...
intentas concentrarte en el camino
pero recuerdos no son espejismo ni tampoco cosas de arqueología,
están ahí, pasando ahora,
ahora,
justo ahora.

El Poeta del Asfalto (Ensenada, Buenos Aires, febrero de 2009)

No hay comentarios: