lunes, 7 de septiembre de 2009

Nada al caer esquiva al suelo

Padre,
padre.
padre...
heredé de tu realidad varias mentiras...
padre,
padre,
padre
No cumplas tan solo con tu trabajo
haz cada día,
algo en apariencia imposible.
Algo rayano al milagro,
pero
padre,
padre,
padre,
somos una herida
al que el mañana le arrastra un carro de sal.
a veces pienso que
ya que estamos en esta postura estúpida de sumisión...
sería mejor morderse los labios
y pensar que lo peor
es que no hubiera nuestra triste figura opuesto algo de fuerza al viento al doblarse.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, agosto 2009)
(Dame dos piedras para frotar, para emular al Sol que nos abandonó)

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