viernes, 4 de septiembre de 2009

Andrómeda



Perdoname...lo desprovisto de esta cara
ya no me quedan de esas sonrisas de cotillón;
se arruga mi corazón de papel crepê.

Intentás arrastrarme a bailar
pero estoy...
como con el tobillo esguinzado,
sabés...
Ni decidido
ni dispuesto a esperar,
como algo desubicado,
esta fiesta no es para mí.
No deseo ser rescatado,
ni morir
no es por mí, ni es por vos,
dejá el cielo en su lugar
justo ahí,
que quiero ver mi galaxia de lejos girar;
aunque te enojés
¿Qué más da?,
creeme que la resignación,
no es algo que gratis te lo dan.
A mí también me jode,
y no es culpa de nadie que mi mundo no sea de aquí,
vos, decí lo quieras,
yo,
no tengo otra que quedarme acá,
solo con todos.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, agosto 2009)
(Desde mi asteroide, para Cecilia, para mí (¿se puede?), para tantos y tantas incomprensibles, problemáticos, inconformables, e inconveniente sensibles a esta atmósfera seca.
"Lo que nos mata es la sed, che...")

No hay comentarios: