lunes, 5 de mayo de 2008

En la mayor oscuridad, es justo cuando aclara.

¿Que dirá?
Parece rechazar a la oscura más ágil que huye,
¿o la persigue?
El viento las envuelve
buscando besarles la boca helada
Las imagino pobladas
por diminutos cristales fríos
hasta estallar en una sonrisa de agua.

Caer,
para retornar de nuevo en un rito a las alturas.
Expandiéndose al horizonte,
como en busca de límites.

No son sombras persiguiéndote.
No son la solución,
ni el problema.
El problema es que estamos vivos hace rato,
dejando que las sombras nos pueblen los rincones.

Anchas, o leves, van.
Cuando estés hastiada de la piedra estéril,
cuando te descubras cansado del cantar de motores
sube con el Sol a dialogar con las nubes,
que yo también suelo.

EL Poeta del Asfalto (Buenos Aires, mayo 2008) (Anticipo de: "Espalda de las cosas.")

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