jueves, 14 de febrero de 2008

La Muerte ya contó los pasos.

Saldrás con tu mejor camisa.
Una, sin mácula, y con todos los botones.
Con tu pantalón menos gastado.
¿por qué?
¿para qué?
Ocultar tu esencia,
el sudoroso oficio del trabajo.
¿Por qué?,
¿para qué?.
Salar al Hombre Muerto...
Negar que estás cansado
de que la pelea no termine nunca.
De vivir bajo órdenes no que son tuyas.

Así,
adorando a lo que te odia,
caminarás así también
los gastados caminos de la noche
donde casi todo da lo mismo.
Donde cada cual atiende su juego.

Tendrás tal vez, la triste certeza,
de que allí nadie quiere a nadie en verdadero.

Mejor,
bajate del tren entre dos estaciones.
Siéntate en el terraplén a ver
el espectáculo de la noche,
donde nadie paga entrada.

Mejor,
Haz que tu libertad, sea de veras libre.
Elige tu camino.
No te olvides que la muerte ya te contó los pasos.

Arroja al tacho lo que no te sirve.
Camina.
En algún paraje suburbano con pocas luces,
mira arriba.
Escribe un poema en lado de atrás del boleto,
y adquiere la propiedad de una pequeña estrella.

Eso es todo lo que tendrás por ahora.
Tu tesoro.
Muchos más de lo que los que están vacíos prometieron.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero 2008)
(¿Está entre las libertades que te ofrecen,
la libertad de ser libre?)

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