jueves, 7 de febrero de 2008

Agua

Desde los restos de un barco fantasma,
con dedos hechos de algas que me tocan
calaveras como butacas de cine
ordenadas y quietas
una enorme boca de cetáceo
que amenaza con tragarme,
se detiene el día en el cierzo
y duerme buscando calma abisal.

Ya no quedan sirenas
con las que soñar.

Duerme el animal con sueño inquieto,
despedaza la hojarasca
con su mejor zarpazo
enseña los dientes a la pesadilla.
Todo es inutil,
este invierno detiene la vida.
El animal se sabe muerto
mientras duerme para olvidarlo.

Solo quedan fosas
desbordadas de agua subterranea
arrastrando
lo que quisimos soñar.


john ash. Madrid, 7 de Febrero 2008.

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