miércoles, 21 de abril de 2010

De equivocar las puertas

Salud y dolor,
cara y cruz de una misma moneda.
Algo te dice que acaricies como por última vez
acaso pronto dejes de reconocer los rostros.
Algo escarba,
busca con sus uñas mugrientas
algo que ya no tenga de nosotros.

Y tiembla la alegría,
el convencimiento de seguir,
como tiembla la confianza
cuando todos los planes fallan
y de nada sirve lo aprendido
más que para repasarlo una y mil veces
mientras se mira por horas el techo.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo de 2010)

2 comentarios:

DEARmente dijo...

Poeta, ¿qué pasa? me parece que este poema es una queja.

Detrás del techo hay un cielo.

Chusku dijo...

Los vicios minando la salud, equivocadas puertas que dan a una larga convalecencia.
Recuerdos nomás, de gente que ya ha pasado por esta vida.
Recuerdos que vuelven y nos invitan a pensar si estamos nosotros por el camino correcto.

Saludos
Luis