martes, 15 de julio de 2008

poema sobre el viajero

las rocas
se extendían como cráneos
hasta donde sus ojos eran algo
inutil.

la pócima guardada
metida en un solo frasco
con todos los demonios
esperando.

aún con huellas digitales
con las que apreciar
un tacto suave o un filo que raje
como si fueran un mismo
regalo.

se adentró en el tunel
arrastrando la cadena,
el cuello rígido
y el miedo apretando
como una tenaza.

vió la nueva tierra
recordó lo que dejaba
cerró los ojos
y empezó a llorar.

ya había estado allí antes.


john ash, madrid 15 de julio del 2008

2 comentarios:

Gus. dijo...

No parece un buen viaje, como si al personaje lo llevaran a un lugar donde no quiere ir, supongo que él sabe más que yo, sabe lo que yo imagino o trato de imaginar y desde ese lugar que es mio,él, construye su temor que en definitiva es mi temor a lo desconocido.

Es un buen poema con una gran capacidad de sugestión, ácido y austero que me hizo recordar al gran Bukowski, pero por supuesto sin perder tu propio estilo.

Un gusto.

.:Maika:. dijo...

Bien, no entendí nada. Esto es algo demasiado simbólico para esta neurona mía, encima ahora me quedo con la duda...
Soslaya lo metafísico ¿sabe? pero, de un modo extraño, parece ser una completa declaración terranl y física de miesdos internos a decisiones que debemos tomar y no queremos.
Bien, me gusta esta curiosidad que deja. Como siempre he dicho, sólo el que escribe puede sabewr de qué se trata y, a veces, ni siquiera él lo comprende una vez finalizada su lectura personal e individual de los grafemas.
Saludos.