domingo, 20 de abril de 2008

Deuda poética una lluviosa tarde de domingo

No me preguntéis como
acabé viviendo con una mujer
a la que no conocía
con un trabajo
que odíaba
con unos amigos
que perdí
irremediablemente sólo,
repiriéndome
que la poesía duerme conmigo
y me cuida
cuando ya todo está perdido.

¿Quién nos espera
cuando el día nos arranca las sábanas?

Algunos
no pertenecemos a nadie
y eso es
como no tener nada.
La ilusión de libertad
es similar
a unas manos vacías
a camas deshechas
y miradas de reojo al despedirse.

¿Quién reza por nosotros
cuándo la noche nos amortaja?

El verso
un cuchillo con el que mutilarse
cortar
rajar
despedazar
lo que duele
lo que amenaza los sueños
y el coraje
apretado con los dientes
como una soga en la boca.

No me pregunteís
como acabé dejándolo todo
aún
no se si fué un error,
pero la poesía duerme conmigo
y me cuida
y es una deuda
que tengo que saldar.

¿Quién duerme
a la poesía que me arropa?




john ash, madrid 20 de abril del 2008

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