lunes, 17 de mayo de 2010

Si el rayo cayera dos veces.

Esperándote en vano,
debo estar desesperado, o algo por el estilo.
Un reloj dio la hora, no conté las campanadas.
Recuerdo aquel verso que se me ocurrió,
podría intentar seguirlo,
lo tenía por aquí,
arrancó triste y parece que así seguirá...

Tendría que entrar a un bar a ver el fútbol,
tendría que irme con el primero que pase a tomar una cerveza tirado en el pasto,
decirle hola a la primera que vea con cara de cansada de esperar.
En fin...

Pasa una familia reproduciendo lo que vio en el cine:
el padre actúa,
los pibes se encargan de los efectos especiales,
la madre les grita que no griten.

Pasan dos mujeres hablando de una cartera en una vidriera,
pasa un pibe que pide monedas,
me mira y sigue.

Mal reparto,
esquina de papeles en el piso,
rastros que se pierden.
Sentado en un umbral,
con la mirada baja
miro los pies de los que caminan
esperando tus pasos

mientras se va otra tarde.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, abril de 2010)

Un poco de música para amenizar y que no anden diciendo por ahí que el negro los tortura, ¿eh?

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