viernes, 15 de enero de 2010

Yendo sin ir



Fuselajes haciéndole al desierto sombra,
atmósfera pesada,
suspenso vuelo,
quizases sin fecha postergados.

Su cuerpo rígido arde al Sol de tanto ya ni carretear.
Acero preservado en este sitio sin rocío,
cementerio de alas
renglones en blanco,
bitácora de vuelos.

Trenes hundidos en polvo,
infalible programa
no subir
ni caerse.
Ninguna cosa que pueda doler.
Ninguna manera de ser feliz.
Enfermiza salud,
salud,
sin nada porque ni que brindar.
Esqueleto intacto,
Extraño destino entre posibles que elegiste.
Mucho,
pero mucho tiempo para pensar,

justo como no querés

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, diciembre de 2009)
A ese 51% que odio en mí, y para todo la gente que aguanta mi forma de ser anti-acrobática.

No hay comentarios: