miércoles, 6 de enero de 2010

Esperando un tren que partió temprano...

Si te pones a mirar bien
la luz pasa de largo,
sin decirle nada a tu mirar.
No me preguntes porque.
Si es porque si,
o si es
porque todo no existe.

El viento conversa con tu piel,
tampoco espera que se estire la tarde.
No se la juega,
desvaría
habla de cosas vagas
como:
quien sabe ó
tal vez un día...

Como sea
la luz no se detiene ante nada,
le da color a lo opaco.
Un brillo perverso a ciertas cosas.

Estación terminal,
inmenso reloj de espaldas.
Una cucharita revolviendo el café
de una persona que revuelve
sus pequeños problemas.
Dos de azúcar
y un poco de coraje
bastarían para ciertas cosas disolverse.
Pero estamos enfermos de nosotros,
contentos de esta humedad
que se nos mete en los huesos.
De esperar un tren lleno de polvo que vuelve al Sur,
de regreso al amor

a algún amor...

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, diciembre de 2009)

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