miércoles, 22 de abril de 2009

Un tal Santos Vega

Se te resbalan las suelas entre tanto forcejeo,
lo de enfrente siempre parece más grande,
más decidido.
Bien o mal aprendiste a defenderte como gato panza arriba
pero esta caída es distinta a las de hasta ahora
y de tan distinta parecida.
No queda nada bajo tus pies
estás volviendo al suelo.

No elegiste los obstáculos,
tal vez ni el camino.
Comprendo, no dispones más que de lo que fuiste consiguiendo;
¡Jay!, sombra, sombra
sombrita
ni una manta para el frío que te va entrando
no más almohada que tu cabello largo.

Capilla ardiente la tarde,
tus ojos son ahora una plegaria:
"Borrále las huellas a mi dolor.
Si soy o no culpable,
si es esto real o no, que importa
¿cuál sería la diferencia?
este es el fin.”

El Poeta del Asfalo (Buenos Aires, marzo de 2009)

1 comentario:

Pepa Ortiz dijo...

Buenas,
Poesía introspectiva con una voz creíble, sí pasaré más veces me ha parecido muy interesante.
Saludos