martes, 14 de abril de 2009

Las diez de última

La noche interminable
un oculto reloj que dió las diez de última
se va quedando sin cuerda.

La canilla goteaba,
era el silencio lo que se oía
Otro día que no pregunta por vos,
las visitas venir, vienen cada tanto,
pero te vas quedando sin tantas cosas que contar.
Sin casi nada nuevo que decir.
Los mosaicos deben seguir fríos,
el baño demasiado lejos.
La cama del hospital al final de un pasillo
al que no te asomás hace días.
La ventana a un patio interno
donde sólo se oye llover
y a los camilleros que se ríen y bromean.

Una persona esperando
entre las miles que hoy esperan
los brazos:
moretón por todas partes,
ya no queda ni donde hundirte el próximo suero.
Sos dos ojos cansados buscando detalles en el techo las horas,
taconeo viene y va por el pasillo
Es la vida que se apura por dejarte viejo
la vida de trabajar,
quedar pelado y doblar la apuesta
que vendrá a juntar las fichas que quedan
en el bolsillo que pensabas escondido.

Sabés,
sus dedos largos revolviendo,
no van a hacer cosquillas.
Y vos ahí,
otrora taura,
la canilla que gotea,
el silencio,
las noches que no se te pasan más
mirando el techo sin poder moverte
bajo el peso de la sábana.

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, marzo 2009)

a JMB
Taura: Guapo, bravío.

1 comentario:

DEARmente dijo...

"Una persona esperando
entre las miles que hoy esperan
los brazos..."

Vaya, lo has dicho justo como debe ser.