viernes, 20 de febrero de 2009

Escalas intermedias

Remolque obligatorio,
la tarde gira como un barco enorme
que vive escribiendo postales.
Un carguero llega a puerto sin anunciar.
Le adaptaron la cubierta para llevar algunos contenedores
pero se lo nota de la vieja guardia,
de paciencia, brújula y bodega.
Se aproxima,
no hubo tormentas de amor,
huele a lejano
quisiera que le quiten de la espalda la sal
pero intuye que aún no es tiempo.
Va obediente hacia la dársena con los ojos cerrados.
Sabe no vuelve a casa,
la soga de amarre es como un brazo más
que le tiende un muerte lenta
a su oxidado fantasma.
No sabe a ciencia cierta en donde está,
pero piensa que encontrará otra vez
un camino para salir a la inclemencia
de otro siglo esperando nacer.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero 2009)

1 comentario:

Gabriel Capó Vidal dijo...

La tarde gira como un barco enorme
que vive escribiendo postales.

De alguna manera todos somos barcos
de paciencia, brújula y bodega.
queriendo nos quiten de la espalda la sal
Pero seguimos el viaje
con los ojos cerrados, si saber si volveremos, buscando...

Bello poema

Un cordial saludo

Gabriel

http://volarydarse.blogspot.com/