martes, 13 de enero de 2009

Che, tango, che

Estos giros de la orquesta de Pugliese,
tienen la belleza y la sombra del amor
que sólo el desinterés alcanza a atesorar.
La parsimonia, si,
algo de dulzura,
como el Sol que entra en la habitación de un convaleciente en pleno invierno
a bailar arrastrado en el gastado piso un tango tibio
que tal vez no vea nadie...

El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, enero 2009)
(A la memoria de Don Osvaldo Pugliese)

2 comentarios:

DEARmente dijo...

los tangos siempre se ven!

No importa si son frío o tibios.

buenas letras.

Anónimo dijo...

tal vez si