viernes, 12 de septiembre de 2008

¡Bang!, ¡bang!, estás liquidado.

Un “buen par de zapatillas”,
sale más de lo que gana un jubilado.
Los alquileres salen caros,
la comida sale cara,
los remedios que no sirven salen caros.
Mirar torcido sale caro,
farolear, sale caro.

Lo mismo que sucedía en el barrio alejados
y a casi nadie de la prensa le preocupaba,
ahora sucede en otros más iluminados.
O en plena avenida a la clara luz del día
y sale en la primera plana,
y escandaliza, y vende.
Se comenta,
se opina,
casi nada de posibles paliativos.

Lo dejamos,
fue avanzando,
No invertimos un segundo,
una moneda,
una sonrisa,
una caricia,
un caray, que se dice en esa gente,
en nosotros.
En no seguirnos empobreciendo.

En vez de abrir el juego
muchos prefieren pagarle un mendrugo
a un facineroso con placa para que nos cuide la esquina.

No aprendemos nunca nada,
siempre preocupados por la moral,
por saber con quien se acostaba fulana,
por la cotización en la pizarra,
por cumplir las metas de Fondo Monetario,
por amarrocar más que el vecino.
Por mañana.
Siempre,
siempre mañana.


El Poeta del Asfalto, Buenos Aires, septiembre de 2008
(El título es extraído de un disco de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota)

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