Me has dicho: niño.
Has llegado tarde.
Yo colecciono cosas negras,
yo pienso en lo que no somos
al menos por una segunda vez.
Lo que dejamos de ser
lo que no dejamos ser.
Es una manía muy específica, lo sé,
pero un ser humano
tiene derecho al silencio,
a cansarse,
a necesitar de alguien,
o al menos a sentirlo.
Niño,
niño.
Traigo acá la mitad de tu barrilete
arrancado de ese barro
Las cosas por decir,
las ausencias
¿nombrarlas?
¿no nombrarlas?
Niño,
niño,
niño.
Con mi mano te escribo
esta carta sin ayuda.
Mi mano nacida
de dos olvidos que jugaron hasta tarde
a que se querían…
El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero de 2011)
sábado, 5 de febrero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Hola, amigo. Decirle que me llegó este poema. Me gustó.
Publicar un comentario