domingo, 15 de marzo de 2015

fluye

Si vamos a recordar
o a olvidar
ya sea para sobrevivir
o superarnos
o sufrir.
Si vamos a escribir sobre “lo que pasó”
vayamos hasta el principio entonces.
Digamos…
que la vida es la madre de nosotros todos
por encima y más allá de los hombres
y los motivos.
No hay ninguna otra razón de peso.

Estamos.

Lo que recordamos,
lo que nos pasó
es prácticamente nada.
Entonces: nada
Nada entre eso
Nada

Nada,
No te hundas.
Nada

Nada
Con una energía excepcional.
Nada.
Ahí,
donde estés
entre lo que te rodea
Nada,
no lo olvides.

Si te asedia la rutina
no pierdas la perspectiva.
No dejes que el genio se vuelva oscuro
frota la lámpara.
has magia
grita.
Como un pájaro grita tal vez
para así saber que existe
para nada más.

Como sea:
Nada.
Se constante y consecuente.

Lo sucedido,
lo digno de mencionar
lo trivial
los logros las desgracias:
han sucedido.
A nosotros
o a alguien
conocidos y desconocidos.

No te paralices.
No te hundas hasta las heladas aguas de la duda.
Nadie gana con eso.

Sube a respirar a la superficie cada tanto
si es preciso.
Allí,
donde prefieren flotar
los que no les interesa.

Piensa.
Hemos tenido que sobrevivir,
nosotros.
En la más profunda de las confusiones acaso.
Sensibles o locos.
Estamos.
Nos ha tocado en suerte.
Lo que recordamos, lo que nos pasó
es prácticamente nada.

Por eso
no te detengas a intentar atrapar un pez.
Nada.
Nada simplemente.
Nada entre la irrealidad
nada hasta la rejas.
Si.
Hasta las rejas
hasta romperlas
o hasta darte cuenta que no están…
No ha habido nada allí desde el principio.
Nada.

Compréndelo,
detente a llorar un segundo si quieres
por todos los segundos perdidos hasta ahora.
o hasta el fin
o hasta detenerte al comprender
que debes alegrarte por haberlo comprendido
o hasta que tus pulmones te digan
que como sea
debes seguir con tu sentencia:

“Nada entre la nada
o húndete.”

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