jueves, 7 de agosto de 2008

Y finalmente nací...

Encontré finalmente el papel
que me une legalmente a este mundo:
Buenos Aires, etcétera, etcétera
Vos sabes,
el acta que atestigua fehaciente que he nacido
humano y doliente como todos.

Autoridad, hora, fecha, firma, sello, lugar.
No dice si llovía,
a quien me parecía,
o si estaba abierta la ventana.

Como era de esperarse,
tiene un tono amarillento.
¿Será ya el otoño?,

Como sea,
de aquel regalo desinteresado que me dieran,
ahora tan precisamente datado,
no me arrepiento de haber intentado devolver:
latido en estrofa,
llanto en versos,
alegría en eco de guitarra.
Rellenar los renglones vacíos,
tildar los casilleros correspondientes.
Cumplimentar el débil menester de nacer
para poder devolverte en arte
algo de todo lo que me dieran
por nada…

Encontré finalmente el papel.
No dice si alguien se alegró,
si brindaron, ni con que.
No dice si di mucho trabajo aquella vez…

Vaya velado el homenaje,
para quien estos versos no nombran.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, febrero 2008)

No hay comentarios: