jueves, 14 de agosto de 2008

Del coraje y el hacha

¿Cómo será la antesala?
¿Se escuchará al filo acallando quejas?
¿Los sueños decapitados rodando contra el suelo?
¿Será como irse desvistiendo en otoño?,
o
¿cómo darle temple al acero?

¿Recordará uno o una al entrar de decir:
perdón,
por favor,
gracias?
¿Se estará sentado allí esperando un turno
con su calzoncillo todo agujereado?
¿Sonriéndole tranquilizadoramente a alguna criatura,
que no tuvo la suerte de durar tanto como uno?

¿Habrá tiempo?
¿Se recordará la vieja casa?
¿La sombra en especial de algún árbol?
¿Se precisará un pañuelo?

¿Se preguntará uno para sus adentros:
¿supe dar?,
¿respondí cuando me tocaba?,
¿hice bien?
Estará uno discurriendo en todas estas cosas,
hasta que alguien le grite o le sacuda el hombro diciéndole:
¡Eh!, hijo de Juan y de María,
han cantado su nombre.


El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, diciembre 2007)

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