sábado, 22 de diciembre de 2007

El Sol ya no es el Sol




El que todo lo vé,
El que guía los trabajos,
desde su Atalaya,
decreta otro atardecer rojo.

Arco vibrante,
flecha que busca su blanco,
sonrisa,
esa bendita cosa nuestra.

Poesía,
nacida en el mes de las lluvias
todavía gotea.
Bosque
tapado por el árbol.

Sentido,
amor,
te desangras,
hermano,
padre.
Bosque de todo.
Razón,
espejismo que le hablas al verano.

El que nos hace estar atentos,
nos despierta.
Hay un puma que avanza en la espesura.

Alerta.

Soy el que nació ayer
donde el río canta.
Un poeta leproso me bendijo
antes de desmembrarse

Encrucijada de caminos.
Vengo a hacer lo nuevo
antes de tumbar lo viejo.

Pon la mente en blanco,
no soy nada de lo que ya sabes.
Ponte al servicio de tu conciencia,
que ya cada uno conoce,
lo que cada uno debe.
Y que cosecharás lo que has sembrado.

En el trueno no me busques,
en el diluvio no me esperes.
El cuervo y el buitre
extrañarán tiempos
de sangrientas revoluciones.

Soy el que nació ayer.
Vengo a decirte que el Sol ya no es el Sol.
Con esta voz que me dieron.

Amor,
granizo,
hermana que te desangras,
sentido,
padre.
Bosque de todo.
Razón,
espejismo que le hablas al verano.

El que nos hace estar atentos,
El que nos hace hablar,
nos despierta

¡Alerta! me dice,
que hay un puma sediento,
que ya me entró la herida.

¡Jay!, 
que la fiera ya me allanó el pescuezo.

¡Quién pudiera quedarse!,
pero,
que debo cubrirme de sombras contigo se me ordena.
 
Que debo entregarte mi palabra.


El Poeta del Asfalto
(Buenos Aires, diciembre 2007)

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