Multitud es: muchas veces uno.
La muchedumbre empuja, presiona,
los menos constantes pasamos a las orillas,
el que puede se abre paso entre los golpes.
Algunos caminan bajo dinteles tristes
de puertas sin retorno.
Cruel, loco y sonriente,
esa inercia que solemos llamar destino.
A veces parece vacío el espacio,
de cuerpos abigarrados.
Multitud es, donde no están los amigos*,
ni el papel, ni la birome,
ni una piel dispuesta a dejarse que la quieran.
Unión de sueños absurdos
ironía contra la inocencia,
un guante estrechando manos.
Es volver desilusionado a casa,
pensando que la tierra es un baldío.
Que nos han dado a luz en penumbra,
que nuestros días están destinados a escombros.
Todo eso es multitud,
una pequeña celda en el la grilla gris
donde todavía cabemos.
Es verse muchas veces a uno multiplicado,
tal vez nosotros.
Es, aún sabiendo todo eso,
ir a tu encuentro pese a todo.
Por obra y magia
de la sangre que empuja todavía.
Multitud que marchas,
cuando ya no me cuentes en tus filas
llorame tan sólo, si es que vas a llorar a todos.
Sino, no malgastéis lárgimas.
No somos más ni menos que nadie.
El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, abril de 2008)
(*: Dedicado a todos los que siento mis amigos)
lunes, 17 de marzo de 2008
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