Hay una nube color olvido,
Que llueve y llueve.
Por acá,
por allá.
Va y viene.
Y no siento el viento que la trae.
No entiendo nada.
Sólo veo gotas golpeando
sobre todo lo que has sido.
Aprovecho los domingo para salir a caminar si llueve.
Por que así,
si lloro,
nadie se entera.
Y si grito una furia sujeta,
tal vez me tape un trueno.
Se confunde todo en el aguacero.
Se mezcla en el color de esa nube.
A manotazos,
a ciegas,
intento sacarte de ella.
Y al disiparse la niebla,
no traigo más que heridas
Y no entiendo nada.
Y no tengo más que dudas
Y esta certeza de no saber donde te encuentras.
Y esta frase suelta que apenas cumple con la rima.
Sólo sé lo que veo.
Que cada vez que te recuerdo llueve,
muy a pesar mío.
Y se va tu recuerdo con el agua,
porque el agua no recuerda.
y llueve
y llueve
y llueve.
Y nada contesta a nada.
Y nadie se entera.
Llueve,
y llueve,
y llueve.
Sin respuestas,
sólo malditas gotas
que golpean.
El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, aprox 2005)
(Para todos los que buscaron,
buscan,
buscarán a un desaparecido.)
sábado, 25 de julio de 2009
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1 comentario:
Estimado, este coso es de esos que duelen, la lluvia es algo así como madre de la nostalgia, y la nostalgia, hermana de la tristeza, y los recuerdos, mejor digamos 'alguien', llegan-llega como gotas, inundándolo todo.
Un abrazo, Lun-Abs-Pilp.-
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