Nos conocemos hace tiempo,
Pero se me olvidó tu nombre,
Aunque todavía recuerdo su sonido:
Sordo y hueco.
Ciudad de calles que no conducen a casa
Nunca me quisiste,
Ni siquiera me conoces,
Como a un hijo bastardo,
Me consideras inconveniente
Aprendí el rojo de tus calles
De tus señales de no avance.
El canto de tus pájaros
Lucecitas encadenadas,
árbol de navidad
donde el envoltorio vale más que el regalo,
y un buen abogado
más que tus manos ensangrentadas
Conciencias podridas,
agua estancada.
Caminos al abrazo abandonados,
callejón sin salida
y egoísmo pisándonos los talones.
No quiero seguir peleando contigo,
llevo las de perder,
se me hizo tarde para andar tus calles
Ciudad vacía,
recostada sobre el río oscuro
nos conocemos hace tiempo,
pero se me olvidó tu nombre,
aunque todavía recuerdo su sonido
sordo y hueco.
Si no vas a decírmelo,
al menos dime:
¿dónde están tus luces esta noche?
El Poeta del Asfato (Buenos Aires, 1998, modificado en 2008)
lunes, 29 de septiembre de 2008
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