Distancia,
tus ojos castigan los míos.
Migrante,
ido,
golondrina.
La de cada noche el nido pateado al diablo
en este mundo sin sitio para nadie.
Cielito del norte
bajo el cual no están el cariño ni los amigos,
y la radio habla en una lengua extraña.
Viento cruzado que me revuelve la identidad y los papeles,
y amenaza con mandarme a la frontera
Cielito del norte,
celeste como de donde con esperanza viniera.
No sé porque aún busco palabras con que hablarte,
si al fin eres igual de sordo que en cualquier sitio.
Para Juanjo.
El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, agosto 2008)
domingo, 7 de septiembre de 2008
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