Ensilla,
espuelea.
Respeta del más grande al más pequeño.
No hagas caso a ley ni señores
en tu conciencia esta grabado el estatuto
Si vas a descargar el brazo
cuidate de no arrepentirte luego.
No galopees, que el mundo no tiene la culpa de tu demora.
Anda al trote apenas que la huella,
es el polvo del que venimos y al que estamos volviendo.
Lleva el chambergo de ala ancha por si no escampa la lluvia,
pero de tanto en tanto levanta la pera
y pedile un favor a las estrellas.
Lleva tabaco si tenés costumbre, y unas alforjas bien llenas
que el camino se presenta largo.
Ensilla,
ve.
De cada sitio despídete,
que no hay regreso.
Se llega para volver a partir
a espera de ver un Sol que vuelva a ser el Sol.
Ve,
pese a las sombras: confía.
No temas aunque lo pinten oscuro,
nadie que haya vivido más de un día
no tuvo aurora.
El Poeta del Asfalto (Buenos Aires, diciembre 2008)
sábado, 24 de enero de 2009
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3 comentarios:
Excelente!
Este poema heredo el espíritu de la "canción del pirata", si, lo siento.
Te felicito,
estos no se leen todos los días.
Me agarran dudas en eso de la canción del pirata...
Este es un pirata que toma mate abajo de un caldén.
Bueno, acá "piratas" se les suele llamar a los que engañan con otra/o a su pareja.
Esos... si que andan de filibusteros todos los dias,
je,je
Ojo con olvidarse el perico en el hombro....
Saludos
Luis
jajaja ¿esos son los piRatas allá? jajaja
Bueno, lo decía poRque, al leeR tu poema, me despeRto algo en mí igual que cuando leí, hace ya bastante tiempo, el poema de Espronceda.
Ahora sé tu nombre.
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